sábado, 1 de abril de 2017

Primer nivel con tecnología de punta

El periodismo sensacionalista del misterio, específicamente el del tema ovni, rama en la que todo mundo cree que cualquiera puede decir lo que sea sin que le salga cola, ha dado notas que, a lo largo de la historia, han llenado los anales de la ovnilogía de basura. Pero, aunque no podemos adjudicarle todo el mérito, sí podemos darle la distinción de ser quien, entre el grueso de la población, ejerce mayor influencia.

The Twilight Zone - Death Ship - 7/Febrero/1963
En alguna parte de la historia, la ovnilogía y el periodismo empezaron a mezclarse, no sabemos quién absorbió a quién, pero, al menos, sabemos que el periodismo fue primero y éste se basa en contar buenas historias, no en decir grandes verdades. Si a eso le agregamos el sensacionalismo de los divulgadores del misterio, se llena el panorama de especuladores en torno a un tema que ya de por sí fue considerado como el mayor misterio del siglo XX por los mismos que lo promovían allá por los años 70 debido, en gran parte, a que resultaban algo ineptos para dar explicaciones.

En algún punto, el sentido periodístico y el interés ovnilógico se combinaron creando un híbrido que se erigió en juez y parte de los eventos ovni. Hoy se autodenominan expertos por tener un programa de ovnis que se ha emitido por más de tres décadas o por una carrera de más de cuatro en el periodismo. Sin embargo, lo único que salta a la vista es sensacionalismo aprovechando sus credenciales para vivir del pensamiento mágico del público que poco o nada sabe del tema y está ávido de ser sorprendido.

En el pasado, ambas profesiones estaban bien definidas, mientras unos se dedicaban a informar, los otros se dedicaban a investigar para desentrañar el misterio. Los primeros recurrían a los segundos para escribir notas informadas sobre el tema. Pero, como todos sabemos, el periodismo tiende a reformular la realidad para contar una historia interesante que venda.

Por esa razón los híbridos, a quienes llamo ovnílogos de tercera generación, se dedicaron también a informar cada acontecimiento que sucedía sin pararse a pensar que con su labor contaminaban el campo aún virgen entre la población. Daban hasta el más mínimo detalle de una supuesta abducción, por ejemplo; provocando entre la población la lógica consecuencia de creer que habían sido partícipes de algo similar por confundir patologías del sueño con lo que la prensa ovnilógica divulgaba acerca de las sensaciones y padecimientos de la gente que decía haber sido raptada por alienígenas.

The War Of The Worlds (1953)
Como el burro que tocó la flauta, surgen los supuestos “Programas de investigación OVNI", que pretendían dar a la opinión pública lo que los medios "oficiales" parecían ocultar y la prensa deformaba, creando una conciencia de secretismo y ocultamiento para mantener el estatus quo, escudándose en la cansina reseña de la emisión radiofónica de 1938 narrada por Orson Welles desde el “Mercury Theatre”, dando así origen a las teorías de conspiración. Estas incipientes historias que empezaron a ver la luz a finales de los 60 con el libro de John G. Fuller, marcaron a una cuarta generación de ovnílogos que, viendo lo que la tercera generación hacía, y con cámara en mano, se dedicaron a reportar cuanta historia les era contada sin verificación alguna, tornando a la ovnilogía en un saco de ocurrencias y anécdotas carentes de cualquier viso de investigación.

Estos ovnílogos de cuarta generación son recopiladores periodísticos, no investigadores encaminados a resolver casos. Desvirtuaron la ovnilogía transformándola, en el curso de dos décadas, en una derivación forteana, un receptáculo de cosas extrañas bajo la premisa de que todo es posible, nada debe ocultarse, y todo debe publicarse, pero sin una pizca de interés en sus orígenes, anteponiendo sus propias ideas del caso para dirigir la “investigación” hacia su propio punto de vista, de tal forma que si una nube de globos pasaba por los cielos de alguna ciudad de México, se trataba de una "flotilla" de ovnis, sin haber hecho, o sin querer hacer, verificaciones; o si aparecía una vaca muerta, era un claro caso de mutilación de ganado por extraterrestres, porque así lo dice la literatura del tema, despreciando explicaciones racionales o comunes para la muerte del animal, además de salpicar sus historias con detalles intrigantes muchas veces inventados.


Gracias a la tercera generación de ovnílogos se creó también la conciencia de que "ellos" (los extraterrestres) ya están aquí, de tal forma que la cuarta generación, dando por sentado esto, se dedica a tratar de saber por qué y para qué están aquí. Como alguna vez dijo un ex-compañero ovnílogo en un programa de televisión a nivel nacional a principios de los 90: "Debemos dejar el debate de si existen o no, ¡ya están aquí! ¿qué vamos a hacer?". ¿Eh? Si, por supuesto. Y así lo repiten los ovnílogos de la cuarta generación.

Con cada generación que sucede a la anterior, se va diluyendo el poco conocimiento adquirido, el sentido crítico, el pensamiento racional, se olvidan de los casos resueltos, o crean dudas para seguirlos explotando, de tal forma que para la cuarta generación es suficiente con lo que un testigo relate, como si éste fuera la voz de la verdad o no pudiera equivocarse en su percepción de un evento OVNI, si es que realmente sucedió, con la convicción de que todo lo que diga un “iluminado” debe ser reportado. Creen que con sólo ir al campo, llevar su cámara y entrevistar testigos es suficiente, pero no saben cómo manejar la información que han recabado, cómo contrastarla, cómo convertirla en datos útiles o cómo sacar algún conocimiento de ello; sin embargo se ufanan de haber estado en el lugar de los hechos, y esa es razón suficiente para publicar sus hallazgos aderezados con las experiencias acumuladas durante el viaje de ida y regreso, ideas personales y demás, no así con un estudio objetivo basado en el método científico ajustándose a los resultados del estudio de la información que han ido a recolectar. Quienes se dedican a divulgar el fenómeno se conforman con sólo dar constancia de lo que alguien dice, de lo que los testigos creen y no de poner a prueba todo lo dicho porque, como periodistas que son, se escudan en el pretexto de “si lo dice un tercero y tiene interés periodístico, entonces es noticia”, pero, ¿cuál es el criterio utilizado para decidir qué tiene interés periodístico y qué no lo tiene cuándo el periodista y el ovnílogo son la misma persona? ¿su experiencia de investigación, si la hay, o lo que el público pide?

Por otro lado, en su lado ovnilógico, tienen miedo de no decir lo que la gente quiere escuchar, no contradicen a sus fuentes, porque de lo contrario se quedarán sin más casos con qué llenar sus excesivas participaciones en los medios sociales, así que surge una especie de pacto silencioso en el que ambos salen ganando gracias a la postura diplomática de sólo preguntar, escuchar y divulgar, no son investigadores, sólo son portavoces, reproductores pregonando en los medios que tienen una gran oleada encima y que el problema de los ovnis debe ser enfrentado. ¿Con qué evidencia? ¿Con un puñado de relatos no investigados, no contrastados ni confrontados? ¿Con qué pretenden llegar a la Secretaría de la Defensa Nacional solicitando una comisión de estudio? Y sobre todo ¿Con qué cara después del desastre mediático del 2004 tras lo de Campeche?

Hoy se tiende a pensar que en cualquier cosa en la que se crea es correcta y todo mundo debe enterarse, aunque no se haya concluido nada, además de que se enfrascan en un concurso de popularidad donde un cúmulo de "likes" en una publicación o un gran número de reproducciones en un canal de video valen más que la concienzuda reflexión y razonamiento mesurado que ponga en su justo lugar las piezas del rompecabezas para poder definir qué es lo que el testigo, entre toda la maraña de recuerdos que ha narrado, vio, o tratar de definir qué partes del relato se ajustan a la realidad y cuáles son producto de sus delirios. No se intenta decir con esto que todo aquel que reporta un ovni es un alucinado, pero en un país donde se cree más en lo que diga un reportero dominguero de ovnis que en lo que diga un vocero de la propia NASA, hay muchos prospectos que querrán reclamar sus 15 minutos de fama, y con tanto espacio que se le da a este tipo de periodismo, no faltan los espontáneos cuyas historias tengan “interés periodístico” y cumplan su sueño de aparecer en “la tele”, aunque ese momento sea tan efímero como un suspiro y sólo les sirva para vivir el resto de sus vidas con la satisfacción de haber estado donde pocos llegan.

Obviamente que el show debe continuar, y cada espontáneo es uno más, pero algunos se quedaron con el sabor dulce de la “fama” y se convierten en colaboradores, pasando a un grupo de “elite” que tendrá participaciones esporádicas, aunque con mayor frecuencia que el resto de los mortales. Esto va creando una conciencia entre los demás de que pueden aspirar a la fama, muchos se quedan en el camino y sólo llegan a ser cautivos de su ilusión por el tema adorando a quienes lo han logrado; “Síndrome de Don Eme”, le llamo, en alusión a una vieja película de Ignacio López Tarso titulada “Cayó de la gloria el Diablo” (México-Estrada-1972).

Hoy (30 de marzo), mientras escribo este artículo, tengo de fondo el programa de T3M NOTICIAS: “Las verdaderas noticias”, que se emitió esta tarde; disfrutaba de una buena taza de café y me llamó la atención el anuncio de unas fotografías ¡extraordinarias!, ¿Qué no lo es en esos programas?, nadie vende pan frío, que habían visto la luz gracias a hombres comprometidos con la verdad. Cuando en programas así se alude a la verdad, hay que verlos sin distracciones porque prometen circo. Como decía mi padre, dime de qué presumes y te diré de qué careces.


Y no me defraudaron, no pude contener la carcajada al ver de qué fotografías se trataba, casi escupo el café sobre el monitor. Presentándola con la consabida frase que es más un juego de palabras “esta es una auténtica fotografía de un ovni”, muestran un plato harto conocido y más viejo que Matusalén. ¿Acaso no hay algo nuevo digno de verse y que no sea sacado de Youtube?, cosa que antes criticaban. Lo que me retumba en este momento es lo de “auténtica fotografía”, claro, si la muestra debe ser auténtica, la estamos viendo, ¿no?, pero a mí lo que me interesa es saber si lo que está dentro de ella es auténtico, ¿qué me importa el medio en que la muestren? Este juego de palabras ha sido la constante de todos y cada uno de esos programas de periodismo de feria, que han llenado a la ovnilogía sólo de ocurrencias, pero sin aportar el objeto en cuestión. Una imagen del objeto no es el objeto en sí, decía Magritte en su obra pictórica "La traición de las imágenes", así que resulta irrelevante que se tenga un video o una foto, porque pueden trucarse o pueden mostrar cualquier otra cosa que nada tenga que ver con el tema, pero que alguien se ha propuesto vender como algo extraordinario, como aquellas fotos sacadas a gaviotas que tanto circulan por internet como ovnis.


Las fotos en cuestión han estado circulando desde que AMERICA ONLINE regalaba un “cd-rom” para conectarse gratuitamente a principios de los 1990, no son de ninguna forma novedosas ni algo por lo que Donald Trump perdería el sueño. ¡Son una vacilada!, o como diría el desaparecido Pedro Ferriz Santacruz de una forma más educada:


…y más que nada porque desde principios de este siglo se sabe que son un fraude. Las fotos han circulado en distintos sitios especializados en el tema con una historia que varía poco de un lugar a otro, pero hoy fue el colmó al presentarlas como producto de una filtración de “hombres comprometidos con la verdad”, casi equiparable al inicio tan “Misión Imposible” del primer libro de “Caballo de Troya” (Planeta-Benítez-1984). El relato “canónico” es el que cuenta después, que un fotógrafo las tomó con una cámara Canon AE-1, pero no mencionan la Canon T-90 que también llevaba ni que supuestamente era un fotógrafo profesional, aunque no se sabe su nombre. También da la fecha 27 de septiembre de 1989 para la toma de las fotografías, pero esa no es la fecha correcta, la fecha real de esas fotos es 14 de julio del mismo año, pero gracias a la de septiembre, se supo que las de julio eran un fraude.

Las imágenes de fondo, mientras el reportero habla, son geniales, Graham Bethune hablando, en “mute”, desvaneciendo su imagen con paneos de documentos desclasificados que nada tienen que ver con las fotos, pero que engañan al lego, y con ese estilo tan particular de narración, marca registrada de la casa, que invita al asombro.

Set de fotos del OVNI de Nashville - 14 de Julio de 1989
Cabe mencionar que Bethune fue involucrado por Michael Salla, el padre de la Exopolítica, en un fraude ocurrido a principios de los 90, cuando por medio de Graham se obtuvo una fotografía de un platillo volador posado sobre la cubierta de un portaaviones de la Marina de los Estados Unidos. Sin embargo, Bethune no la publicó, fue su socio Frank Chille quien lo hizo en 2008, según Salla, con lo que probaba, según él, una campaña de desinformación orquestada por la Marina. Salla está en lo cierto cuando dice que la fotografía es falsa, resulta bastante obvio, pero se equivoca en lo referente a la desinformación por parte de la Marina y al origen de esa imagen, porque esa fotografía no es tal, se trata de un montaje ideado en 1990 por el semanario sensacionalista canadiense Weekly World News, como una predicción para 1991. La historia terminó por escribirse hasta febrero de 1992 y, de la cuál, se hizo una serie de 7 reportajes que explotaron la falsa noticia hasta 1998. Con cada artículo que se escribía la historia se tornaba más bizarra. Graham Bethune murió el 30 de octubre de 2006 sin saber la verdad, como tal vez pase con Salla, que a la fecha no ha mencionado a la revista canadiense en su cruzada contra la “desinformación”, tal vez porque lo que realmente busca sea algún puesto en el gobierno por presión popular gracias a sus artículos sobre campañas de desinformación, como el otro grupo liderado por Steven Greer, The Disclosure Project, del que ya no se dice nada.


De Bethune sólo puedo decir que tal vez hizo lo que haría cualquier persona cuerda con los entusiastas de los ovnis, tal como parece haberlo hecho también con las fotos de Nashville. Y es que los cruzados de “la verdad” no descansarán hasta obtener lo que quieren, y como reza el dicho, pide y se os dará, pues les dan, que sea verdadero o no, es otro boleto, imagino a Bethune riendo de lo lindo al colar claras fotos fraudulentas entre los entusiastas, esto queriendo ser benigno con él, porque también pudo haber sido un entusiasta engañado como muchos otros o un busca fama, como tantos jubilados que se suben al tren del show mediático, ¿quién lo sabe? Por lo menos se sigue hablando de él como si aún estuviera vivo tras 11 años de haber fallecido. ¿Me pregunto si esos reporterillos de feria sabrán que está muerto?

Un buque de colección de inteligencia soviético, se aproxima a la popa del portaaviones USS Franklin D. Roosevelt en marcha en el Mar Mediterráneo en abril de 1975. Las unidades militares soviéticas y norteamericanas controlaron esrtechamente a las fuerzas del otro durante la Guerra Fría.
(Foto cortesía de la Oficina de Apoyo Histórico de la Fuerza Aérea) 
Aquí me gustaría hacer un paréntesis para relatar someramente otro caso curioso que involucra a gente de “PRIMER NIVEL” y de “MUY ALTO RANGO” que sucedió a finales de los 70, pero que repercutió hasta entrados los 90, a mí me tocó de rebote en 1989. La historia comienza con una mujer coronel rusa, que además es ingeniero y piloto de pruebas con más honores de Rusia, imponiendo varios récords de aviación y logrando el reconocimiento de su gobierno, Marina Popovich, orgullo nacional de la ex Unión Soviética, metida a ovníloga y promotora de la vida en el espacio. Muchos se refieren a ella como cosmonauta, pero ella nunca estuvo en el espacio, su primer esposo, Pavel Popovich, era el cosmonauta. Marina recorrió medio mundo apoyando el tema y aportó su granito de arena, o más bien su granito de entusiasmo al tema, cuando mostró con mucho orgullo una fotografía, copia de copia, de un supuesto ser extraterrestre procedente del estrellamiento de Roswell, en Nuevo México. La imagen circuló por todo el mundo, y la cadena de custodia iba a dar hasta el Dr. Joseph Allen Hynek, Stanton Friedman y un sinnúmero de personajes de la ovnilogía de tercera generación, según Linda Corriveau, artista plástica a quien había sido encomendada la organización del pabellón “Strange, Strange World”, de la feria Mundial “El hombre y su mundo”, llevada a cabo en la ciudad de Montreal, Canadá entre 1978 y 1981. La Feria Mundial en Montreal se llevó a cabo en 1967, pero a partir de 1968 se hizo una réplica de esta feria cada año, hasta 1981. El tiempo pasó, Linda se dedicó a otras cosas, hasta que, en 1991, leyendo el libro “UFO Crash Secrets at Wright Patterson Air Force Base” de James W. Moseley se da cuenta que durante la Segunda Conferencia Internacional OVNI “Diálogo con el universo” organizada por Michel Hessemann, investigador alemán, en Munich en 1990, Marina Popovich, considerada como una de las ovnílogas más prestigiosas de Rusia, mostraba la fotocopia del ser comentando que ella la había recibido de Félix Zigel, y éste a su vez del Dr. Joseph Allen Hynek.

¡Por Dios, está lleno de estrellas!

Imagen que Marina Popovich, orgullo nacional ruso
y una de las "mejores ovnílogas" de ese país, mostró
en la segunda Conferencia Internacional OVNI,
celebrada en Munich en 1990
 
La imagen que tanto conmocionó a Linda, era la copia de una fotografía de lo que ella llamaba “El hombre de mis sueños”, escultura hecha originalmente en arcilla, luego en cera, por ella para la exhibición del pabellón que le habían encomendado 13 años antes. Cuenta su amarga historia tratando de evitar que se siguiera difundiendo su trabajo como si se tratara de un extraterrestre real, pero fue inútil, llegó a un punto de estar aterrorizada de cómo la jauría ovnilógica defendían su preciado tesoro. Todo mundo se subió al barco y hasta Stanton Friedman comentó, según cuenta Linda, que la forma de los ojos del ser de la fotocopia se ajustaba a la descripción que daban los testigos del incidente del 47. Por otra parte, lo que más sorprendía a Linda era que ella había entregado en mano al Dr. Hynek el paquete de prensa del pabellón, él sabía de qué se trataba, ¿Qué diría al distribuir la fotografía? En el libro de Moseley se incluía un reporte escrito por Antonio Huneeus en el que podía leerse que Marina Popovich había sido la primera en publicar la imagen que le había llegado por medio de Félix Zigel, quien a su vez la recibió de una fuente canadiense. Por otra parte, el autor del libro dijo haberla recibió del Mayor Colman Von Keviczky, director de ICUFON, en la ciudad de Nueva York, él la había obtenido de Hessemann y este de Popovich. Según Von Keviczky, el profesor Zigel había obtenido la foto en 1970, ¡8 años antes de que la escultura de Linda existiera!

Reproducción en cera de una escultura
original en arcilla de Linda Corriveau.
Exhibida entre 1978 y 1981.
Al ver lo imposible que resultaría detener la bola de nieve, Linda decidió contar todo escribiendo su experiencia, además de recopilar todo lo que la vinculaba con aquella exposición canadiense para la que modeló la figura, esperando que con el tiempo el asunto se arreglara. Su página aún puede leerse AQUÍ. Recomiendo su lectura porque es bastante ilustrativa de cómo se mueve el mundillo ovnilógico de esos personajes de PRIMER NIVEL con tal de ver cumplidos sus propios intereses, y cómo se engañan unos a otros con algo tan burdo como una simple fotocopia.


Regresando a las fotos de Nashville, el 27 de septiembre de 2007 fue el día en que me enteré que el misterio había sido resuelto, en 2013 publiqué una nota alusiva en Facebook dando cuenta de la noticia donde el grupo italiano “Centro Ufológico Taranto" (CUT) descubría el fraude, sin embargo, Jeff Rense ya lo había publicado desde por lo menos el 18 de agosto de 2000 en su sitio, RENSE, exponiéndolo también como un fraude. El investigador Kentaro Mori, desde Brasil, también le dedicó una entrada el 30 de julio de 2007.

Mientras que Jeff Rense menciona que las fotos salieron a la luz de forma anónima, el CUT refiere que las fotos fueron divulgadas por Wendelle Stevens a mediados de los 90 del siglo pasado, recordemos que la década de los noventa fue un semillero de grandes fraudes ovnilógicos que hoy reflota la ovnilogía de escaparate, entre ellos podemos mencionar, la entrevista al monigote moribundo en el Área 51, la autopsia al muñeco extraterrestre, el secuestro de la familia McPherson, el caso de Jonathan Reed, el caso de Carlos Díaz y la historia de Bob Lazar, entre muchos otros. Tampoco se debe olvidar que Wendelle Stevens impulsó la “carrera” del contactado suizo Edward Meier, dando amplia difusión a su supuesto contacto con seres de las Pléyades. Stevens era un coronel retirado, y ya sabemos lo que pesan los galardones militares entre los entusiastas del fenómeno ovni y la prensa amarilla ovnilógica, se dedicó a la investigación, tenía en su haber una enorme biblioteca sobre el tema además de un extenso catálogo de fotografías, en su mayoría de Meier; de este material, queda mucho en el sitio OPEN MINDS TV donde hay publicaciones post mortem de Stevens, fallecido el 7 de septiembre de 2010 a los 87 años.

Por otra parte, entre los comentarios de la nota de Rense, hay uno del Dr. Bruce Cornet, dedicado al tema ovni, donde habla de un miembro de la milicia al que se refiere como “X”, pero que tras seguir su rastro no es tan difícil saber que se trata de Bob Dean, famoso por dar a la luz el caso de “Víctor”, un informante anónimo que habla sobre el extraterrestre moribundo del Área 51, entrevista publicada en 1997 y que hoy va por su tercera edición, ya en DVD.

No es tan difícil saber por qué el tema tomó tanta importancia durante los 90, con tanto personaje de la milicia publicando altos secretos que a la larga no han dejado más que un montón de basura como en un salón de clase tras la fiesta de fin de cursos.

Mientras que Rense da el crédito del descubrimiento a su webmaster, James Neff, un analista brillante, el CUT y Kentaro Mori se lo dan al investigador escéptico británico James Easton, quien confirmó que el platillo volador era de hecho parte de un anillo de efectos luminosos utilizado en eventos y discotecas durante los años 80. "El humo y las luces no son parte del sistema de propulsión de una nave proveniente del planeta Almintanka, su propósito es poner a los terrícolas a tono". Easton menciona que la inspiración para tan curioso artefacto pudo venir de la película de Spielberg, “Encuentros Cercanos del Tercer Tipo” (1977). En realidad, tanto Easton como Neff, llegaron al mismo resultado de forma independiente. El veredicto final: HOAX (engaño).

Pero hay algo curioso que los super “himbestigadores” de la tele no contaron, y es que en realidad hubo dos eventos fotográficos como mencionaba antes, uno ocurrido el 14 de julio de 1989, al que pertenecen las imágenes que muestra T3M NOTICIAS, que constaba de 5 fotografías, después se incluyó con el correr de los años una sexta, pero es un montaje o una recreación, y otro de una sola fotografía el 27 de septiembre de 1989. Vicente-Juan Ballester Olmos, en su catálogo fotográfico, FOTOCAT, da cuenta de estos dos eventos catalogando al primero, el de julio, como “fake”, y al segundo, el de septiembre, como "equipo de iluminación de una disco".

Con la primera secuencia de fotos, fue bastante complicado saber qué podría ser, sin embargo, hacía arquear las cejas hasta al Sr. Spock. Algunos ufólogos norteamericanos pensaban que podría tratarse de un objeto de utilería. Cuando de otra fuente anónima llega la última fotografía, dos meses y medio después, se dieron cuenta que se trataba del mismo objeto, pero en esta imagen podían verse más detalles, así que el tratamiento digital pudo contrastarla y dar más iluminación para dejar ver lo que en las otras no se veía por el exceso de luz que oscurecía el fondo. Ahora todo estaba claro, se podía ver la estructura de donde pendía el plato central.


Es aquí cuando pregunto ¿Dónde queda esa investigación de clase mundial, punta de lanza en México, que presume del uso de tecnología de primer nivel cuando sólo repite viejos casos fraudulentos como si todo el mundo los hubiera olvidado? Si fuera de las fronteras de México, entre gente de PRIMER NIVEL y ALTOS CARGOS, coroneles, astronautas, mayores, directores de organizaciones en Nueva York, organizadores de congresos en Munich y físicos nucleares se embaucan unos a otros con la fotocopia de una escultura de cera, ¿qué se puede esperar de los grandes reporteros del tercer milenio que no discriminan nada, ni fotografías sacadas de viejas películas de ficción?

Joseph Goebbels (1897-1945)
¿Acaso creen que con su terquedad de estar machacando una y otra vez el mismo rancio fraude lo convertirán en realidad? Obviamente que no, pero Joseph Goebbels, ministro de propaganda del canciller Adolf Hitler, en uno de sus principios, el número 6, Principio de orquestación, decía:

“La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”. (Culturizando)

Por otro lado, con el correr de los años, la gente que se interesa en estos temas de forma seria va desapareciendo de escena, las mentiras se siguen repitiendo entre los entusiastas del tema y las soluciones van desapareciendo. Como el entusiasmo en la población crece exponencialmente, las verdades se van perdiendo bajo el sensacionalismo, la terquedad y el cinismo de los nuevos portavoces del tema que aplican el principio de Goebbels. Hoy el tema de moda es el contactismo, un tema que los reporta-ovnis saben que es mucho más difícil de rebatir puesto que sólo son cuentos, pero llaman tanto la atención cuando se mezclan con el misticismo rancio de los 70, herencia cultural y popular de las viejas prácticas esotéricas de finales del siglo XIX que dieron origen al movimiento “New Age”. Nadie dice nada nuevo, nadie muestra una verdadera evidencia de su supuesto contacto, nadie ve a los seres con los que el gurú en turno contacta, pero todo mundo quiere recibir la buena nueva, todo mundo quiere tener un viso de esperanza ante una existencia gris y caótica que muchos no pueden controlar, terminando por convertir el movimiento en una secta religiosa, con el gurú al centro y los adeptos en derredor escuchando el sermón.

La semilla que la tercera generación de periodistas ovnilógicos ha sembrado, empieza a dar sus primeros frutos, pero son una mutación extraña, desafiante, tienen dientes y defienden su labor furiosamente porque de ella viven. El tema ahora, como desde hace un buen tiempo, ha dejado de ser un tema de mera curiosidad científica para convertirse en un negocio, una fuente de ingresos en la que no importa si lo que se reporta es verdad o no, el periodismo ovnilógico ha tomado lo peor de ambos mundos y se ha convertido en un ser monstruoso que con tal de sobrevivir destruye todo a su paso para poner su bandera de triunfo. El miedo de Linda Corriveau estaba justificado entonces y está justificado ahora.

No puedo evitar recordar una vieja miniserie de 1978 titulada “La Palabra”, basada en el libro del mismo título de Irving Wallace, de 1972. Una expedición arqueológica da con un viejo manuscrito que cambiará la historia de la religión de todo el mundo. La novela inicia con las pláticas entre el director del proyecto al que han llamado “Resurrección Dos” y el director de la agencia de relaciones públicas que se encargará de hacer el anuncio de la nueva Biblia. El publicista es invitado al cuartel general en Ámsterdam para que se empape del proyecto y vaya planeando la campaña, pero al llegar, se ve inmerso en una serie de intrigas que ponen en tela de duda el descubrimiento original sobre el que se sostiene todo el proyecto.

¿Habrá alguien que ponga un alto a todo esto? ¿Habrá forma de hacerlo? Luchar directamente con estos entes es un sinsentido, lo que creo debe hacerse es apelar a la consciencia de las masas y tratar de educarlas para que, poco a poco, el suelo del que se nutren los vende misterios se hunda bajos sus pies.

Hay gente que lucha de manera invisible, y hay buenos investigadores entre ellos, pero no son conocidos porque no se muestran en un programa dominguero de televisión o porque no escriben en una revista cuyo contenido en mayoría son viñetas y notas curiosas, ya no se diga libros, porque ya casi nadie lee. La televisión, el cine y las redes sociales ahora son la fuente de información del gran público, ¿Para qué leer si en un video de Youtube de corta duración lo explican todo?

El problema de fondo en esta maraña de mentiras y notas sensacionalistas es la educación, y no porque crea que todo mundo deba saber sobre el tema ovni, no, sino porque con educación podrán hacer aflorar su pensamiento crítico, la curiosidad, el ansia de saber, distinguir la verdad por sí mismos entre tantas sandeces que las redes sociales ayudan a difundir en páginas y videos de cualquier hijo de vecino, por muy investigador que diga ser, y no lo que la televisión o un video de Youtube digan que es la verdad. En la ciencia no hay eminencias entre pares, todos ponen a prueba el trabajo de todos, y el trabajo que resiste los embates de los demás es el único trabajo digno de ser publicado y divulgado, en el periodismo ovnilógico todo cuela, todo vale y todo se publica, esté o no verificado. Hoy tenemos perpetuadores de misterios, no estudiosos buscando respuestas, aunque se escuden en la verdad o aunque se auto ensalcen como periodistas de PRIMER NIVEL CON TECNOLOGÍA DE PUNTA, el tema de hoy, como muchos otros antes de éste, deja de manifiesto que la investigación seria del ovnílogo se ve sometida por el sensacionalismo del periodista ovnilógico, y cuando los dos están en un mismo ente no se puede esperar algo que aporte un verdadero conocimiento, pues la primicia del uno sumada al sensacionalismo del otro, nunca dan algo que esclarezca el tema, sólo lo enturbia. Qué mejor día para publicar esto que hoy, 1 de abril, equivalente del día de los inocentes en los países sajones porque, tras leer el relato de Linda Corriveau y ver cómo se mueve esta ovnilogía de feria, sólo puede pensarse que se trata de una gran broma, una broma macabra que pretende secuestrar la realidad en pos de instituir un mundo paralelo que no vemos pero que, al parecer, se encuentra lleno de naves, alienígenas y fantasías hasta las orejas. Un mundo donde todo es posible, tal y como lo anunciaba la introducción de la mítica serie "The Twilight Zone" (1959-1964).

The Invaders - The Twilight Zone - 27 de enero de 1961

Post pegado en Facebook tras ver tan nueva e impresionante nota.

Leopoldo Zambrano Enríquez
Informe U. F. O.
Monterrey, Nuevo León. México.