Verdad VS
Conspiranoia
Hace unos días
las redes sociales me volvieron a decepcionar. Tal parece que los sistemas
automáticos que gestionan las denuncias en los sitios públicos no tienen
capacidad de razonamiento. El caso con el que ahora me he topado es el de la
extensión de la Bitácora del Reptil Hereje, su Twitter. Edgar Luis Gómez, un
gran divulgador de la ciencia y el pensamiento crítico que invita a sus
lectores a pensar y razonar denunciando las ideas irracionales que llenan la
red, ha sido víctima de la suspensión de su cuenta por esa causa. La
intolerancia a la crítica o la molestia por la solicitud de evidencias que
sustenten las locuras de algunos estafadores han hecho de las suyas con la
cuenta @reptilunited.
Pero lo más
alarmante resulta ser que este tipo de ciegas sanciones no se circunscribe sólo
a las redes sociales, también en la vida real tenemos este tipo de injusticias
cuando se denuncian mentiras, fantasías o fraudes, como le sucedió a otro
investigador desbaratador de bulos hace algunos años cuando se enfrascó en una
lucha legal al recibir una demanda por difamación de parte de un conocido
escritor español de cuentos fantásticos; o la sucedida a una investigadora
mexicana que interpuso una demanda contra un conocido divulgador del tema OVNI
en México por daño moral debido a que este la difamó por simplemente opinar
diferente sobre un caso mediático de esos a los que nos tiene acostumbrados la
televisión dizque inteligente. En el caso de la investigadora su demanda simplemente
no procedió, pero se le hizo un señalamiento de su mal proceder al demandado,
sin embargo en el caso del periodista español, éste se vio obligado a pagar la suma de
6,000 euros como reparación del daño por difamación, ¿acaso porque el charlatán
difamado es más famosos y sus negocios corrían peligro?.
Tal parece que
ahora disfrazar de “investigación” o “periodismo de investigación” a la
divulgación de fantasías, y usarlas como modus vivendi, aún a expensas de la
verdad, es una manera honrada de ganarse la vida, además de pesar más que la denuncia
por fraude o las flagrantes mentiras, de tal forma que las críticas a los
fabuladores de misterios no prosperan y son mal vistas en un mundo cada vez más
acostumbrado a creer en estupideces que lo invitan a soñar despierto.
La credulidad de
la gente está tomando cotas peligrosísimas, y el clímax de esos peligros lo
vimos en días pasados cuando el dueño del canal de Youtube “El Sendero Oculto”,
llegó ante un político español, Pablo Echenique, eurodiputado por la formación
política PODEMOS, con la pregunta que extrañó a más de uno y cuya respuesta hizo
reír a todos:
¿PODEMOS tiene pensado denunciar, en el Parlamento Europeo, el tema de los chemtrails?, porque ya lo han hecho 3 eurodiputados de otros países, gracias.
La respuesta del
edil, como era de esperarse, fue negativa, pero añadió algo más que debería
dejar pensando a más de un amante de la conspiración, pero eso sería esperar
demasiado pues, en lugar de razonar, prefieren sentirse víctimas; por lo que
no podemos guardar la esperanza de que por lo menos consideren que pueden estar
abrazando una chorrada. Pero veamos lo que contestó el eurodiputado:
Ah, no el tema… el tema de los chemtrails, bueno, yo soy científico de formación, y entonces tengo que decir las cosas claras, ¿Vale?. PODEMOS no se ocupa de los temas que aparecen en CUARTO MILENIO. Cuarto Milenio es un programa de entretenimiento, y no… (ovación y aplausos de los presentes)… PODEMOS se ocupa de los temas que salen en el telediario, ¿Vale?; o en noticias no tan manipuladas, como el telediario, por ejemplo, las prospecciones petrolíferas que quiere llevar a cabo REPSOL a 50 Km de las islas de Lanzarote, Fuerteventura. Creo que eso es un problema acuciante, real, peligroso, inmediato, y por lo que yo sé de los chemtrails, son simplemente nubes.
No sé si quien
preguntó realmente cree en el tema, o si es un entusiasta, defensor o simple
informante, sin embargo, el sacar el tema fuera de las redes sociales y el
internet, hace que la cosa sea preocupante, y no por el simple hecho de que
éste sea uno de los tantos temas BASURA que llenan la red, sino por lo que pude
motivar en los otros creyentes del tema. El que un entusiasta de esos temas
pregunte a un representante político si denunciará esa práctica, habla de que
creen que el problema existe y deben enfrentarlo, así que es para ponerse a
pensar en qué es lo que pasa por la cabeza de esa gente, cómo es posible que
existan personas sin una pizca de sentido común o razonamiento crítico para
teorías tan disparatadas como la de que nos están fumigando desde 10,000 metros
sobre el nivel del suelo, ¡¡Por Dios!!... Por decir lo menos de las estupideces
que rondan la internet. En esta misma pregunta va de fondo una contradicción,
pues la respuesta a la pregunta de quiénes son los que envenena a la población,
se responde casi siempre que se trata del gobierno. ¿Cómo es posible entonces
que se le pregunte a un miembro del gobierno por esos temas si se piensa que son
parte del mismo complot? ¿Acaso sólo lo hizo para tener material del
“ocultamiento” o la “negativa oficial”?... Para nosotros es claro que es algo
complicado que el gobierno envenene a sus VOTANTES, o ¿acaso desean que
pensemos que el supuesto veneno es selectivo y sólo mata a los del partido
contrario? Además ¿Cómo hace el veneno para calcular los vientos predominantes
en cada nivel? ¿Cómo hacer para dejarlo caer en el lugar que desean cuando una
avioneta de fumigación a baja altura a veces sufre el descalabro de no fumigar
donde quiere, no digamos a la altura de crucero de una aerolínea comercial?
Una simple
hojeada a las páginas más populares de la teoría de la conspiración, nos da
como temas principales el religioso, los ovnis y los gobiernos oscuros; este
último se ramifica en mil y un derivaciones donde se incluyen los primeros dos,
pero el tema fuerte es el de los illuminatis, que quieren acabar con la
población a como dé lugar, una de esas maneras es con ese maldito gas con que
nos rocían desde 10,000 metros de altura.
¿Qué pasa con
los charlatanes?, ¿Qué pasó en México con la ley anti-charlatanes?, ¿Qué pasa
si se critica a un charlatán y este demanda por difamación? Como lo vimos en
los casos del periodista español y la investigadora mexicana, la denuncia por
injurias pesa más que la denuncia por fabulaciones públicas, o por lo menos,
esto es lo que nos hace pensar. Pero parece haber algo más, ¿Cómo pruebas que
alguien miente? Que yo sepa, la negación no pueden probarse ni demostrarse, en
todo caso, las afirmaciones son las que deben demostrarse, y entonces el peso
de la prueba recae en quien afirma, así que ese tío que pregunta al político
sobre la acción del partido en el tema de los chemtrails, debe primero de ser probada
para saber si lo que él dice es verdad; si lo logra probar, entonces su
sospecha será fundada, caso contrario, será una rotunda mentira, y esa saldrá
sola tratando de demostrar su verdad. ¿Por qué es correcto demostrar una verdad
y no una mentira? Porque se supone que para afirmar algo, se deben tener los
elementos de juicio, se supone que para una verdad si hay evidencia, la única
posible evidencia que puede poner a la vista una mentira es la no demostración
de esa verdad. Por eso quien afirma tiene la responsabilidad de demostrar. No
se puede demostrar un negativo.
¿Cuál es la
única arma que se tiene contra los charlatanes? El cuestionamiento, la petición
de pruebas, evidencias, el sustento de sus dichos. Y si no se permite el libre
cuestionamiento, ¿Cómo es que se podrá desenmascarar a tanto charlatán que
llena las redes sociales con basura sin sustento?.
Tal vez para las
personas que no estén familiarizadas con el mundillo hediondo de los misterios
les parezcan tonterías, pero, ¿cuál fue el motivo de sacar a colación el tema
de los chemtrails? Pues el hecho de que en la vida real este tema está teniendo
consecuencias nefastas, tal como lo denuncia David Mulé en un artículo
publicado a raíz del bloqueo de cuenta de @reptilunited titulado “Twitter bloquea a usuario por escéptico”. En él pone de manifiesto que estas tonterías
virtuales están teniendo repercusiones en el mundo real, y estas no deben ser
ignoradas porque ponen a la gente en peligro. El artículo, en resumen, denuncia
lo que en las redes sociales traman y llevan a la práctica los amantes de esta
conspiración, los chemtrails, como una contraofensiva al “envenenamiento”
causado por las estelas de los aviones.
La
contraofensiva se trata de dirigir rayos láser a los aviones, a las cabinas,
como una “simulación de ataque de misiles”, con lo que más que una protesta o
un juego, podría considerarse como una práctica de terrorismo cyber-real, pues están
poniendo en peligro a la tripulación y pasajeros por dejar momentáneamente
ciegos a sus pilotos gracias a una tontería internetera. Si esto no es motivo
de alarma ¿qué lo será?, ¿que varias aeronaves caigan provocando desastres
aéreos de consecuencias incalculables? Por fortuna estas acciones están empezando
a ser sancionadas por las autoridades aeroportuarias en conjunto con las
agencias de investigación y la policía de varios países, pero la causante de
esas prácticas, la incentivación por medio de las redes sociales, parece no
tener aún un castigo definido, así como otras tantas ideas locas que llenan los
foros día a día, algunas de ellas inofensivas, pero poco a poco van creando una
conciencia de impotencia en los internautas, y estos actúan en consecuencia por
contagio, aún y cuando no tengan evidencias de un peligro inminente. Sin
embargo, que muchas de estas charlatanerías no estén sancionadas por la ley, no
hace que esas prácticas donde se tuerce la verdad o se provoca que el ciudadano
común tenga ideas erróneas y hasta cometa acciones en consecuencia en la vida
real, no contenga un peligro latente por la ausencia de la verdad. Tal y como se menciona en el sitio amigo "La Mentira Está Ahí Fuera", esto pone los pelos de punta.
Sobre el tema de
la verdad, en una entrevista que me fue realizada en abril del 2010, a
propósito uno de mis aforismos, se me preguntó el porqué de mi preocupación por
la verdad, y esto fue lo que respondí:
"Sólo se
necesitan unos párrafos para difundir una mentira, pero ni el volumen de 10
enciclopedias convencerá de la verdad cuando se desea creer”.
A partir de este
aforismo se denota tu preocupación por la verdad, háblanos de eso.
Esta frase
surgió por dos preocupaciones y una consecuencia. Una preocupación es la verdad
y la otra la credibilidad, que se resume magníficamente en una frase de Friedrich Nietzsche:
Lo que me
preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no
podré creer en ti.
La verdad,
obviamente que me preocupa, pues para mí es un valor muy importante. Como te
comentaba arriba, ingresé a este medio desde hace años porque yo deseaba saber
qué hay detrás del fenómeno OVNI. Y empecé mi investigación leyendo casos, haciendo
15 años de investigación de campo y tomando entrevistas a testigos con lo que
sólo quedaron relatos, cintas, grabaciones y un montón de datos anecdóticos.
Empecé a ver que la mayoría de los tejidos de la historia ufológica estaban
cimentados en frases al aire que se decían gratuitamente comenzando con un “Yo
pienso/creo que…” cuya segunda edición era “fulanito de tal dijo…” y así
sucesivamente se iba hilvanando una línea de pensamiento que no estaba
fundamentada. La investigación es una búsqueda y rescate de la verdad, no una
razón de condescendencia para con una idea establecida que sólo se repite para
llenar libros o teatros.
El sensacionalismo vende y como tal, se comporta como el medio del entretenimiento que de entrada coloca un titular atrayente pero que al entrar en materia vemos que se trataba simplemente de un gancho para vender la revista, el libro o una entrada a una conferencia. Sin embargo, como lo hemos visto en los foros, no todo se lee en su totalidad ni se entiende en su justa medida. La mayoría se queda con los encabezados sensacionalistas. Hace poco vi esto revisando viejas películas, en especial “CAPRICORN ONE” (1978), que habla de una falsa misión tripulada a Marte. ¿Cuánto se ha escrito de este fraude pero adjudicándoselo a las misiones Apollo?
Hay mentiras que
no importan, pero otras, como las de que estamos ante un inminente desastre
planetario, motivan ideas de toda índole.
En septiembre
del 2009, un fanático religioso de origen colombiano radicado en México,
secuestró un avión con la amenaza de hacer estallar una bomba si no se le
concedía audiencia con el presidente de México para notificarle de un terremoto
que tendría lugar en la Ciudad de México.
En 1997 un grupo
sectario llamado “The Heaven’s Gate” protagonizó el suicidio de 39 adeptos al
culto gracias a los oficios de su líder, Marshall Applewhite, para una vez
“desprendidos de sus cuerpos”, pudieran abordar la nave que venía tras el
cometa Hale Boop. Cabe mencionar que en 1977, en la desaparecida revista
mexicana “Contactos Extraterrestres” se denunció a este lunático, que entonces
era acompañado por una mujer, de que podría ser peligroso, y no se hizo
nada en ese entonces.
Un acto similar
de suicidio sucedió en España en 1972, donde en una nota, a manera de mensaje
póstumo, los fallecidos mencionaban que eran llamados por los extraterrestres.
Hoy tenemos los
constantes avisos de llegadas de seres del espacio, y no vayamos tan lejos; 14
de octubre de 2008, la llegada de “Ashtar Sheran”, un alienígena promovido por
Eugenio Siragusa en 1962, con quien aseguraba haber contactado. Desde entonces
ha estado en proceso de venir a evacuarnos ante un nefasto final planetario.
Afirmaciones
virtuales y gratuitas pueden provocar actos en la vida real que nos hacen poner
en tela de juicio la permisividad de que cualquiera pueda publicar lo que le
venga en gana en la red. Y me refiero a la red porque en prensa, radio y
televisión son más cuidadosos en dar este tipo de notas y aseveraciones como
verdades. Por eso algunos entusiastas se jactan de tener un programa de radio,
blog o página Web por la Internet donde pueden “informar” lo que en otra parte
no se publica; contribuyendo así la falsa idea de que la causa de la falta de
información de esa índole es un ocultamiento inducido por una gran
conspiración.
Ese es el
interés que tengo en la verdad, en tratar de frenar ese oscurantismo que
intenta atraparnos de nuevo gracias a la excesiva hambre de estar bajo los
reflectores por parte de sus postulantes, pero que no ven más allá, y que están
contribuyendo a la misma desinformación a la que aluden, y que tal vez en el
futuro los haga ser también víctimas de los monstruos que ahora están creando.
La mente es poderosa, pero ésta no sirve de nada si un dedo no se mueve. Se han
movido muchos dedos y no es por “La Ley de Atracción”, sino porque se permite
enajenar a las masas y estas actúan en consecuencia.
Se tiende a
pensar que por el simple hecho de estar publicado en un portal, blog o página
de internet ya es algo fidedigno, como antes lo era que fuera publicado en un
libro, donde por lo general no había una sola referencia.
El gran público
no está acostumbrado a investigar para saber si lo que le llega por correo
todas las mañanas es verdad o no; sólo lo lee, se impacta y lo reenvía o lo comenta
en alguna reunión para impactar a sus conocidos. Hoy, la gran mentira que
circula es que “National Geographic destapa el Fraude de Stonehenge”. Yo podría
decir ¿Qué me importa si Stonehenge es verdadero o falso? Pero la curiosidad no
me deja en paz y empiezo a hurgar. Es cuando encuentro, en tan sólo 2 clics,
que todo se debió a una broma de un periodista español para el 28 de diciembre
de 2009. El 28 de diciembre es el equivalente al 1 de abril para los
anglosajones. Y son innumerables las historias fantásticas que circulan de esta
manera, en especial en los foros de discusión.
La diferencia
entre cómo ve el gran público las noticias diarias y cómo las veo yo, es que no
me quedo con la curiosidad de saber cuál es el origen de la información, o si quien
me lo envía es una fuente confiable o si se reenvió de un sitio confiable.
Desafortunadamente todas terminan siendo patinadas, bromas, mentiras o campañas
virales.
Sófocles
decía: “Una mentira nunca vive hasta hacerse vieja”, yo
agregaría: “Lo que pasa es que no conoció la Internet”. Las
mentiras no sólo se hacen viejas, sino que crecen y se reinventan. ¿Qué más
prueba que los 62 años de ufología que llevamos a cuestas o los 2000 y pico del
cristianismo?.
Para muchos, el
término escéptico significa NEGACIONISTA, y eso no es lo que significa ser
escéptico, un escéptico es aquel que suspende un juicio hasta que llegue la
evidencia a favor o en contra de una afirmación gratuita. Un escéptico no
niega, busca la verdad tras la afirmación, solicita evidencias, inquiere a
quienes afirmar sin sustento, trata de encontrar el porqué de una creencia sin
sustento y hasta cierto punto puede ser aliado de cualquier bando siempre y
cuando la evidencia respalde las afirmaciones. Pero si un escéptico es privado
de su derecho a preguntar, a inquirir o investigar una afirmación cuando desea
mayores evidencias de un dicho gratuito, ¿Qué pasará con la verdad?... ¿Acaso
la verdad está vedada en la internet? ¿La gente disfruta de las mentiras en el
internet?
Hay una frase que
he escuchado infinidad de veces, y yo mismo la he dicho algunas otras tantas,
pues lo que veo en el internet me lo confirma: “A la gente le gusta ser
engañada” ¿Por qué lo digo? Simple y sencillamente porque a la gente parece no
importarle si lo que lee o recibe en el correo de la mañana es verdad o no,
simplemente se asombra, y entonces siente la imperiosa necesidad de “compartir”
con los demás… a mí me enseñaron que compartir es bueno, además de
satisfactorio, pero ¿qué pasa si lo que quiero compartir es el bote de basura
del sanitario? ¿Alguien lo aceptará? ¿Entonces por qué permitimos que se
desparrame tanta basura de sanitario en las redes sociales? ¿Es tan difícil
cuestionarse las cosas antes de aceptarlas?
Eso es lo que
@reptilunited hace, cuestionar, tratar que todos aquellos a quienes llegan sus
mensajes también lo hagan, que no acepten cualquier cosa sin chistar. ¿Y por
eso le han suspendido su cuenta? ¿Es válido permitir ser
callado por un charlatán para no dañarle su trono de mentiras? ¿Qué se puede
hacer para erradicar la basura del internet? ¿Dónde queda la libertad de
expresión del otro? Y ¿Dónde queda el derecho a la verdad?
Justo al momento de publicar esta nota, la cuenta de @reptilunited ha sido reestablecida, enhorabuena, Edgar.
Leopoldo
Zambrano Enríquez
INFORME U. F. O.
Monterrey, Nuevo
León.
No hay comentarios:
Publicar un comentario