¿Sabes
para qué sirve el pequeño agujero lateral de un bolígrafo BIC?
Todos los días, miles de bolígrafos BIC
son vendidos en todo el mundo. Son un completo éxito, por decir lo menos, por
lo que no es de extrañar que encontremos estas útiles herramientas de escritura
a donde quiera que vayamos.
Eso sin contar que resulta prácticamente
imprescindible tener uno en la mochila, en la oficina, en el auto, etc… ya sea
mordisqueados, quebrados o sin la tapa, siempre tenemos un bolígrafo BIC al
alcance de la mano.
BIC Cristal |
Resulta curioso saber que la inspiración
para crear esta pluma esferográfica vino de László Bíró, un periodista de
origen húngaro que estaba harto de tener que llenar la pluma estilográfica y
esperar hasta que la tinta secara después de escribir. La idea de esta invención
vino cierto día que observó una bola rodar sobre un charco de agua, dejando un
rastro del líquido por donde quiera que pasaba. A partir de ahí, se reunió con
su hermano György, que era químico, para inventar una versión comercialmente
viable de dicho objeto.
En el año 1938, los hermanos Biró
patentaron el diseño, cuya característica única era una pequeña bola en la
punta, que al rodar liberaba tinta del cartucho. Aunque hubo versiones
anteriores de las plumas esferográficas, la mayoría terminó fracasando porque
presentaban fugas, sequedad y problemas en la liberación de la tinta. Dos años
después, los hermanos Biró comenzaron a vender licencias del diseño a los
fabricantes de Estados Unidos e Inglaterra y en muy poco tiempo la historia de
los bolígrafos BIC había comenzado.
El
secreto de los agujeros.
Marcel Bich, fundador de Societé BIC en 1950 |
En el año 1950, un fabricante francés de
plumas llamado Marcel Bich lanzó su primero modelo sobre la licencia de los
hermanos Biró. Como precisaba de un nombre para su producto, el empresario
adoptó su propio apellido con una sutil diferencia y creo el “BIC Cristal”;
además, resolvió algunas fallas implícitas en el diseño de los Biró, dando
inicio a una producción en masa de muy bajo costo.
Para controlar mejor el flujo, Bich
invirtió en tecnología suiza para conseguir una esfera que le permitiera a la
tinta fluir libremente. También alteró la viscosidad de la tinta para evitar
las fugas y el resecado. En este mismo tiempo surgió el enigmático agujero que
se encuentra al lateral de todos los bolígrafos de BIC.
Por más inútil que sea su apariencia, ese
diminuto agujero sirve para igualar la presión atmosférica dentro y fuera de la
pluma. Sin este, sería imposible usar de forma correcta el objeto dentro de un
avión o en la cima de un edificio muy alto, por ejemplo. Una diferencia en la
presión atmosférica entre el interior y el exterior provocaría que la pluma
“explotara” – y todos sabemos la suciedad que resulta cuando eso pasa.
Según la FAQ en el sitio de BIC, cerca del
90% de todas las plumas producidas en la actualidad cuentan con este recurso
para evitar los derrames. Pero BIC también tiene otro agujero enigmático en su
haber: en el año 1991, a la pluma también se integró un agujero en la tapa,
cuya finalidad no era la de aumentar o mejorar el rendimiento del producto,
sino la seguridad de sus usuarios. Las tapas poseen un agujero en la punta en
cumplimiento de una norma de seguridad internacional que pretende evitar el
riesgo de que los niños (y también los adultos desprevenidos que las mastican)
se sofoquen con la pieza, ya que este agujero permite el paso de aire en caso
de que sean ingeridas.
Fuente: MarcianosMX.com
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