lunes, 18 de mayo de 2015

Los OVNI's de la Era Digital


Introducción

Es innegable que el hombre avanza a pasos agigantados en algunos campos y en otros apenas podemos esbozar una leve letra del alfabeto. En el primero de los casos, que es el motivo de este artículo, contamos con el apabullante avance que hemos tenido en los aparatos electrónicos, los llamados gadgets. Denominados así por su reducido tamaño que hace fácil poder llevarlos a cualquier lado.

Pero es uno de estos el que se ha popularizado más entre la población mundial, tanto que casi podría ser motivo de un estudio sociológico, la cámara digital. Este simple artefacto que ha evolucionado a lo largo de la historia se ha convertido en el compañero del hombre desde que se vieron los alcances de la fotografía en 1826, cuando Joseph Niepce logró la primera imagen del mundo con una exposición de 8 horas.

Joseph Niépce, su cámara y la primera fotografía.
Al igual que Niepce, pero en Diciembre de 1975, Steven Sasson inicia la construcción de una cámara con un nuevo sistema de fotografía, el sistema digital. Este trabajo le fue encargado por la Compañía Kodak. Cuando la terminó, su tamaño era el de una tostadora y tenía una calidad equivalente a 0.01 megapixeles. Necesitaba 23 segundos para poder guardar una imagen en blanco y negro en una cinta de casete, y varios segundos más para recuperarla.

Steve Sasson, su cámara y la primera imagen digital.
Una vez salvados todos los obstáculos para poder comercializar la moderna cámara fotográfica, ésta ha acompañado al hombre en todas y cada una de sus tareas diarias. Se ha emparentado con todas las ramas laborales, así como de entretenimiento y diversión, además de que ahora cuenta con aditamentos que la conectan con casi todo tipo de aparato electrónico, tales como teléfonos móviles, PC´s e impresoras. Son tantos los datos que se interconectan ya entre sí que podemos decir que estamos en la era de la información, e indiscutiblemente las imágenes tienen un lugar privilegiado. Vemos como ahora, más que nunca, la expresión “Una imagen dice más que mil palabras” cobra un renovado significado.

Una cámara digital puede ser usada tanto por un ama de casa como por un científico de una agencia espacial, puede ser motivo de un tratado completo y sin embargo ser manejada por un niño de 8 años. La fotografía está al alcance de todos como nunca, pues ahora también se le ha dado la cualidad de poder almacenar imágenes en movimiento, es decir, cuenta con la capacidad de tomar video. Y no sólo eso, sino que ha sido posible expandir su capacidad de almacenamiento con esos nuevos aditamentos llamados memorias externas, posibilitando la ampliación de su capacidad para almacenar un mayor número de imágenes, muchas más que una de rollo de película. Estos factores, aplicables tanto a la fotografía como al video, han logrado que su penetración sea total. Casi puede decirse, hoy por hoy, que una cámara digital forma parte integral del hombre moderno.

Breve Historia de la era moderna

Dando saltos por la historia podemos tomar en consideración algunos hitos de la ovnilogía en sus incipientes inicios, aunque ya se hablaba de la OVNILOGIA MODERNA, ¿Me pregunto cuál sería la clásica? ¿La de Charles Fort?, en fin. Pero en esta época es cuando podemos decir que se creó una verdadera efervescencia del fenómeno, pues mientras las fuerzas armadas norteamericanas trataban de deshacer la bola de nieve que habían hecho rodar en 1947, la población daba informes de cosas extrañas en los cielos.

Las fotografías no se hicieron esperar y se tuvo que crear, bajo la supervisión de la Fuerza Aérea De Los Estados Unidos, comisiones para iniciar los estudio de tales avistamientos que, conociendo el sentido de seguridad nacional de este país, no era difícil pensar que se llevó a cabo para saber si representaba o no una amenaza para la seguridad nacional.

Así nacieron proyectos y comisiones de investigación desde 1947 para definir la verdadera naturaleza del fenómeno, hasta que en el año de 1969 se cerró oficialmente el estudio de estos casos por no representar una amenaza para esa seguridad nacional.

Grandes fotografías resultaron de ese período, muchas se analizaron y dieron a la luz informes detallados, pero otras quedaron en el más completo misterio, al menos eso dicen las historias que han llegado a nuestros días. Los casos que fueron explicados sufrían rechazo por que las explicaciones sonaban, para la opinión pública, bastante fuera de lugar. El hecho de decirle a un testigo que había fotografiado su pino de navidad sin flash era algo insultante para todos aquellos que esperaba una explicación de algo no convencional que suponían venía del espacio exterior.

 (Análisis de la imagen de Tulsa 1965 - Imagen cortesía de Vicente-Juan Ballester Olmos).

Aquel fue el estribillo que siguió a cada avistamiento: “Las Fuerzas Armadas tratan de ocultar la verdad sobre lo que toda la nación está viendo”. Y no era para menos, pues los reportes llegaban en oleadas y las explicaciones brillaban por su ausencia o tardaban más que en acumularse las evidencias. Este sentir se avivó aún más cuando se término la investigación oficial lanzando un informe que no logró zanjar el asunto de los OVNIs, El Informe Condon, encargado a la Universidad de Colorado.

Los viejos proyectos se olvidaron, los reflectores ya no estaban sobre los OVNI, sin embargo por todo el mundo, mientras unos grupos de investigación OVNI se consolidaban, nuevos surgían en el tablero para iniciar su propia investigación de forma independientemente buscando sus propias respuestas. Algunos de esos grupos son MUFON fundada el 31 de Mayo de 1969, NICAP fundada el 24 de Octubre de 1956, CUFOS fundada en 1973, cuyo director fue, hasta su muerte, el Dr. Joseph. Allen Hynek, astrónomo de profesión y asesor científico para las Fuerzas Armadas Norteamericanas en tres proyectos: SIGN, GRUDGE y LIBRO AZUL; y APRO, fundada en 1952 entre muchos otros más. Así resurge de las cenizas el interés por los OVNIs, aunque sin tanto estruendo como durante las 3 décadas pasadas que además habían sido nutridas por el cine y la televisión.

Fotografías + OVNI

La fotografía como evidencia de la existencia OVNI fue siempre puesta en un lugar preponderante en cada relato que las mostraba, porque el testimonio de un protagonista podía tener una mala interpretación, una interpretación subjetiva, sin embargo una fotografía muestra lo que el testigo aseguraba haber visto. Claro que si el testigo aseguraba que el objeto brincaba, danzaba, silbaba, no podía ser obtenido de la fotografía, así que el testimonio pasó a ser el apoyo a la evidencia, y no el centro de atención de una investigación.

Sobre las apreciaciones en las descripciones de testigos de encuentros OVNI, Philip Klass, fallecido en 2005, escribió una lista de 10 principios Ufológicos en los que en su mayoría mencionaba la mala percepción como un factor en contra del testimonio, pues el testigo podía exagerar, tener una percepción errónea o falsear lo sucedido durante un avistamiento OVNI, así como, por la ausencia de recursos, las investigaciones podían verse carentes de una conclusión convincente y apegada a la realidad.

Leyendo a Klass y teniendo en mente sus principios, podemos entonces decir que los OVNIs son todos producto de una mala interpretación por el desconocimiento del espectador, además si nos apegamos a la definición de lo que un OVNI es, no tenemos lugar a dudas de que aún existen, pues el término sólo denota un objeto volador que no pudo ser identificado. La complicación surge cuando tratamos de explicarlos con una real interpretación de los hechos que nos son narrados por los testigos, y es aquí donde una evidencia fotográfica no puede ser por sí misma una evidencia sólida, ya que nos hace falta el testimonio para poder darnos una idea de lo que en realidad fue el suceso que nos han transmitido. Sin embargo, evidencia y testimonio, aún pueden hacernos echar a volar la  imaginación.

Las investigaciones sobre una fotografía en los años en que la película fotográfica fue la única opción para captar imágenes era más complicada y costosa, por lo que para los grupos independientes no era factible analizar cada una de las evidencias que les llegaba, así que se archivaban y se publicaban posteriormente sin un análisis a conciencia. Para compensar, se iba al lugar de los hechos y se estudiaba la zona, se tomaban más fotografías del área y se hacía una entrevista formal al testigo titular del reporte. Después, con los datos recopilados, se intentaba hacer una reconstrucción para tratar de descifrar qué era lo que había sucedido o qué pudo haber visto el testigo.

(Fotografía de Mr. A. L. Smiths tomada supuestamente el 3 de Agosto de 1965)

En los años en que La Fuerza Aérea de los Estados Unidos se encargaba de la investigación, solicitaban al testigo la fotografía en cuestión, los negativos donde estuviera la imagen a analizar y, además, la imagen anterior y posterior para poder hacer una reconstrucción de las condiciones de la toma. En el caso que se describió en párrafos anteriores (Tulsa 1965), la imagen estaba entre dos fotografías navideñas, con lo que concluyeron, para empezar, que la fotografía no había sido tomada en agosto como dijeron los testigos, sino en diciembre, sin embargo eso no aclaraba el misterio de lo que se mostraba en ella, hasta que Larry Robinson dio con la respuesta: una lámpara con disco giratorio para iluminar un árbol navideño de aluminio. Posteriormente Joel Carpenter encontró una fotografía del artefacto.

Claro que no siempre se pude contar con tanta suerte para encontrar explicación a una toma fotográfica que en muchas ocasiones resulta irrepetible, pero con la llegada de la era digital esto ya no es un obstáculo; además los análisis pueden hacerse tan sólo en 3 fases:

1.- Revisión del contenido de datos de la imagen: Toda imagen digital contiene en su interior una serie de datos que, si proviene directamente de una cámara digital, nos darán entre otras cosas, cómo estaba configurada la cámara a la hora de la toma, con qué cámara fue tomada así como la fecha y hora de la toma. Si este análisis nos arroja un resultado dudoso, no tiene caso seguir al paso dos salvo para confirmar detalles.

2.- Revisión informática de la imagen: Esto se logra con programas especializados en manipulación gráfica, la mayoría de los investigadores utilizamos el Adobe Photoshop por los filtros que pueden ayudarnos a encontrar anomalías o por su poderoso motor para aclarar las imágenes sin alterar el contenido de lo fotografiado. En este paso podemos localizar si la imagen está montada o en realidad es parte de la fotografía. Los patrones de color saltan a la vista con ciertos filtros, además de que los píxeles se deforman cuando sufren una alteración.

3.- Si en los dos pasos anteriores las pruebas salen negativas a alteraciones, se procede a la investigación en campo y se levanta un reporte. Hay que tomar en cuenta que lo que la gente está reportando es un OVNI, así que no debemos inducir a los testigos en el camino de naves espaciales, pues esto podría contaminar el relato. Claro que en esta época en que los OVNIs ya son tan populares como el tigre de las hojuelas de maíz, será difícil encontrar un testigo que nunca haya escuchado hablar de ellos en el contexto extraterrestre.

Lo importante de la investigación, cuando lleguemos a esta parte, es poder descartar malas interpretaciones del testigo. No significa que no creamos en él, sino que debemos hacer nuestras propias indagaciones de la historia, casi como si se investigara un asunto policiaco, aunque más bien se trataría de un análisis forense, pues en estos casos los ovnílogos nunca estamos en el momento que sucede un acontecimiento de esta naturaleza.

La mayoría de los grupos de investigación de Latinoamérica tienen grandes manuales de cómo llevar a cabo estas investigaciones y qué es lo que debemos hacer para tomar testimonios, levantar muestras, hacer mediciones de terreno además de la toma de fotografías en el lugar del avistamiento. Podemos mencionar dos de los más destacados que se han mantenido vigentes hasta la fecha, “Manual del Investigador OVNI”, escrito por Lucy Guzmán y Orlando Pla Riera, publicado por el sitio WWW.OVNI.NET de Puerto Rico, y “Elementos de Ovnilogía” de Milton W. Hourcade del GEFAI y cofundador del CIOVI en Uruguay. Dos obras verdaderamente imprescindibles para comprender el trabajo de la investigación de campo.

Aún en este proceso la investigación está a medias, pues hace falta analizar los resultados de la investigación de campo. Con todos los elementos de los tres pasos de investigación de la fotografía, ya sólo queda obtener una conclusión. Si los tres pasos no dan incoherencias, y aún con los datos de la investigación de campo no podemos dar con una explicación, entonces la investigación arroja como resultado que se trata de un OVNI, pero recordemos que un OVNI es un objeto volador no identificado, así que sólo comprobamos que no tiene explicación, pero de ninguna forma hemos avalado que se trate de un objeto del espacio exterior, simple y sencillamente los datos fueron insuficientes.

La llegada del Internet

Hoy hay muchos grupos que aún lo hacen de esa manera, ya que así es la forma clásica de investigar un caso ovni, y a mi parecer, la mejor. Pero desde hace dos décadas, los medios televisivos han dado mayor énfasis a la emisión del material fotográfico y fílmico del asunto, dejando de lado la investigación que hay detrás de las imágenes, ya sea porque no hay tiempo para la investigación, porque aún no se ha llegado a una conclusión o porque simplemente las cuestiones técnicas del asunto no les interesan y sólo desean causar expectación. La sociedad entonces empezó a transformarse en una sociedad visual, ávida de fotografías y videos. Con la llegada de la Internet como la conocemos hoy, en 1993, la red se convirtió en el medio ideal para hacer llegar información de un punto a otro del planeta de manera instantánea. Fue cuando empezamos a dejar los libros, revistas y documentales de lado para empezar a abrir un poco más nuestro panorama con información amplia y fresca. Los libros y revistas nos hablaban de casos ocurridos hacía ya tiempo, la red los presentaba casi al momento de haber ocurrido.

La red fue creciendo, los navegadores fueron evolucionando y los medios de reproducción de imagen y sonido se hicieron cada vez más eficaces y la información corría a mares. El flujo de datos era cada vez más abrumador hasta que lo clásico se mezcló con lo apócrifo.

Casi cada día había un nuevo sobresalto en torno al tema OVNI que ponía a trabajar a todos los ovnílogos del mundo. Algunos casos eran muy buenos, sobre todo los que se parecían a los casos clásicos de la historia OVNI; sin embargo había mucho material que tan pronto se veía podíamos afirmar que no era real. Claro que en ese entonces los avances informáticos para el análisis no eran tan sofisticados como para ser concluyentes y cada nueva imagen causaba asombro y acalorados debates.

Poco tiempo después la informática avanzó a pasos agigantados, teniendo varias actualizaciones importantes en tan sólo un año, los procesadores dieron 3 enormes saltos, las memorias internas multiplicaron su capacidad haciendo crecer cada vez más los equipos para manejar grandes volúmenes de datos, los discos duros aumentaron su tamaño hasta 200 veces, logrando ser verdadero cúmulos de información.

Esto permitió que en los nuevos equipos no sólo se pudiera almacenar, sino también crear. Ante esta posibilidad surgen las ediciones de videos de usuarios con software semiprofesional que empezaron a hacer creaciones propias de origen casero, tanto de sus eventos familiares o profesionales como de cosas que captaban fortuitamente en los cielos del planeta. Todo mundo tenía alguna toma extraña en casa. El detonante para hacerlo público fueron los sitios de la red en que los usuarios podían “subir” sus videos para compartirlos con los demás. Con un video vino otro, luego dos, después cuatro hasta que hoy en día es imposible mantener un contador o un censo certero.

Para la investigación OVNI esto fue fabuloso, pues se podía contar con muchos casos sin salir de casa, pero desgraciadamente sólo se podían tener como referencias. Al estar en un punto muy lejano al lugar de los hechos, sólo se podía contar con el informe realizado confiando en el grupo que lo había investigado, pero algunos informes sólo relataban lo que el testigo dijo y no eran en realidad un informe de investigación, eran en su mayoría simples notas informativas del suceso. Sin embargo, aunque se carecía de un reporte formal, eran la nota del día. Mientras unos guardaban ciertas reservas para su divulgación, otros sólo los tomaba y publicaban en otras páginas, muchos más los tomaban para publicarlos en sus libros o artículos de revistas que hablaban del tema.

El Internet se fue convirtiendo de un escaparate al mundo en una fuente de información de la que se podía sacar lo que se necesitara. La investigación en la red fue desapareciendo y se fue dando paso a la comercialización del medio, mientras la popularidad de su uso subía como la espuma.

Ahora, ya el caldo de cultivo estaba en su punto. Los medios informáticos eran poderosos, los ordenadores con grandes capacidades de procesamiento y almacenamiento eran accesibles, lo único que faltaba era la velocidad de la red, un gran obstáculo para “subir” grandes archivos, cosa que resentían quienes deseaban “colgar” videos de mayor duración y calidad, hasta que llegó la banda ancha.

Grandes volúmenes de información en menos tiempo fueron volcados en la red, muchos servidores tuvieron que ser actualizado y los sitios que los mostraban debieron ser transformados.

Ahora sí, la red estaba lista y llena de información. Estas adecuaciones sirvieron a todas las áreas que tenían acceso a la red, tanto la industria como la publicidad se beneficiaban de ella, y todo el que tuviera un programa editor de imágenes y video también.

Los investigadores pronto empezamos a tener una nueva modalidad en la recepción de evidencias, el video se había convertido en medio ideal para mostrar al mundo fenómenos de todo tipo, fenómeno celestes, fenómenos ópticos, autopsias de extraterrestres, OVNIs en la Patagonia, extraterrestre en Indonesia y hasta una nave estrellada en Rusia, pero ¿Qué tan ciertas eran esas “evidencias”?

Un censo al instante en el internet.

Haciendo una pequeña encuesta en el buscador de videos de moda (YouTube) se pudieron obtener estos datos para los siguientes términos al momento de escribir este artículo (8/Agosto/2008):

OVNI =
 12,100 Resultados
OVNIS =
  3,550 Resultados
UFO =
118,000 Resultados
UFOS =
 14,000 Resultados
ALIEN =
118,000 Resultados
ALIENS =
 63,500 Resultados
EXTRATERRESTRE =     
6,560 Resultados
EXTRATERRESTRES =    
6,600 Resultados

Hoy (12/Mayo/2015), al publicar este informe en este blog, tenemos los siguientes resultados:

OVNI =
1,480,000 Resultados
OVNIS =
  793,000 Resultados
UFO =
6,530,000 Resultados
UFOS =
1,040,000 Resultados
ALIEN =
8,500,000 Resultados
ALIENS =
3,640,000 Resultados
EXTRATERRESTRE =
543,000 Resultados
EXTRATERRESTRES =
510,000 Resultados

Cifras significativas en las que podemos ver el explosivo avance en contenido, además de que el inglés es el idioma dominante en estos resultados. Pero también es un indicador para suponer que de Estados Unidos viene el mayor contenido de grabaciones relacionadas con la ovnilogía, además de ser el país con mayor desarrollo informático. Como es de esperarse, ese desarrollo informático se utiliza entre otras cosa para la industria del entretenimiento. El cine se ha beneficiado mucho con sistemas informáticos que dan vida a personajes con movimientos casi reales, animaciones diseñadas por entero en un ordenador.

Son cada vez más numerosos los programas que se utilizan para realizar estos efectos de movimiento, y no sólo eso, sino también sistemas creadores de entornos completos, recreando mundos imaginarios imposibles de recrear en un set, que hacen que las compañías productoras utilicen cada vez menos tiempo de estudio.

Estos sistemas informáticos ya son tan sencillos de utilizar, que un estudiante promedio de secundaria ya empieza a hacer videos para la clase de artísticas. Utilizan el Adobe Photoshop CS3 o superior, el Adobe After FX, el Bryce 5 o posteriores, además del Extreme 3D. Pero el que ha causado sensación en los últimos meses es el VUE 6, programa capaz de crear un entorno tridimensional complejo, con terrenos y bosques completos además de la introducción de un modelo 3D al que se le puede aplicar textura y movimiento programados. También cuenta con una simulación de cámara con la que podemos dar el barrido a la escena para crear los paneos necesarios y los cuadros de las tomas para el resultado final, que es un video completo de animación con muchas más posibilidades de las que pensamos que un programa de computadora era capaz de hacer. Hoy día esto sería equivalente al uso de un drone para filmaciones aéreas en lugar de utilizar un helicóptero o un aeroplano.

No cabe duda que la imagen fija ya ha quedado obsoleta con la penetración que el video ha tenido, y para muestra podemos visitar algunos canales dentro del mismo sitio de YouTube para ver lo que ha sido capaz de hacer un equipo informático.

El más famoso y talvez el que le dio entrada al conocimiento general de que esto se podía hacer fue el video un grupo de naves surcando los cielos de Haití, o al menos eso decía la información adosada al video. Poco tiempo después, doy con la información de este video que había sido realizado por un artista informático llamado David Nicolas, conocido como NUMERO 6, y cuyo trabajo era parte su portafolios que cómo artista tenía dentro de la empresa de diseño PARTIZAN LAB. Para muchos era parte de una campaña publicitaria de un videojuego, pero no fue así. Sin embargo el uso de estas técnicas de animación para videos de publicidad viral, como se les empezó a llamar a aquel material comercial de dudosa veracidad, circulaba masivamente por la internet sin mediación de sus creadores, eran los propios usuarios finales, lo internautas, quienes se encargaban de distribuirlos, esolos hizo tremendamente populares, tan populares como las películas del subgénero cinematográfico de metraje encontrado, al estilo de “Holocausto Canibal (1980) que más tarde capitalizaría “The Blair Witch Project” (1999), un estilo muy cercano al Mokumental pero que en apariencia era un hecho de la vida real.

La Wikipedia, al respecto de la publicidad viral menciona: “El marketing viral o la publicidad viral son términos empleados para referirse a las técnicas de marketing que intentan explotar redes sociales preexistentes para producir incrementos exponenciales en "conocimiento de marca" (Brand Awareness), mediante procesos de autorreplicación viral análogos a la expansión de un virus informático. Se suele basar en el boca a boca mediante medios electrónicos; usa el efecto de "red social" creado por Internet y los modernos servicios de telefonía móvil para llegar a una gran cantidad de personas rápidamente”.

Por desfortuna para los ovnílogos, hoy una fotografía o un video no constituyen la prueba definitiva para asegurar que somos visitados por seres de otros planetas, ni para concretar un testimonio sobre la aparición de un artilugio de origen desconocido al que automáticamente se asocia sin fundamento alguno con una nave del espacio exterior.

Estos materiales han pasado de ser evidencias a sólo indicios que son el inicio para una investigación que hoy debe ser más concienzuda para evitar caer en el engaño. Una fotografía, fotograma o diapositiva, por muy honorable que sea su dueño o autor, no constituye ya en modo alguno una evidencia irrefutable ni contundente. Ya lo mencionábamos en un artículo anterior donde el jalón de orejas no venía del sector ovnilógico serio, ni del científico, sino del terreno del arte, de la mano de René Maggrite.

¿Por qué no son contundentes? Porque como decía Magritte en su obra “Cesi N’est Pas Une Pipe” (esta no es una pipa) al calce de un dibujo de una pipa, el objeto representado por una pintura, o en nuestro caso una fotografía, no es el objeto material, sino una representación del objeto que, en el mundo real, no sabemos si exista porque puede ser producto de la imaginación del autor, aunque sea similar a un objeto conocido y cotidiano. El objeto en la pintura (o foto) no puede ser utilizado como el objeto real.

De la misma forma, en el terreno de la ovnilogía, una fotografía o video puede representar un OVNI, pero partiendo del hecho de que OVNI es sólo un objeto volador no identificado, no se tiene la descripción precisa de lo que este objeto o término abstracto es, sus representaciones sólo constituyen una extensión de lo que el autor o emisor de la supuesta evidencia cree o pretende hacer creer. Es así como tenemos para un término abierto, es decir, sin una descripción precisa, una forma y características básicas que cada autor transforma según la visión que tenga de tal objeto, pero que parece concordar con la de otros testigos, contaminados todos, por el mismo producto del inconsciente colectivo creado por la cultura y el folclor propios de cada región.

En este sentido, uno de los últimos peldaños de la ovnilogía, al que se ha llegado por atajos culturales bien definidos, tiene su símil en otras culturas pero con nombres distinto. “Las Abducciones” en Estados Unidos y “El Muerto” en México comparten los mismos síntomas, pero cada cultura lo adjudica a distintas circunstancias. Ambos fenómenos, científicamente hablando son el mismo padecimiento, parálisis del sueño, pero en Estados Unidos se adjudica a los extraterrestres que ejercen una acción inmovilizadora y en México se le adjudica a un espíritu que ejerce presión paralizadora sobre el pecho que casi corta la respiración. En el caso norteamericano se dice “lo abdujeron”, en México se cuenta que “se le subió el muerto”.

De la misma forma, cada persona interpreta de manera diferente lo que aparece en una de sus fotografías, la mayoría captado de manera inadvertida, pero para ellos es motivo de asombro porque al tomar la imagen no vieron nada frente a ellos, sin embargo evaden olímpicamente muchas posibilidades, como por ejemplo un ave en vuelo rápido, una basurilla llevada por el viento o hasta un insecto que pasó en el momento justo de tomar la instantánea, explicándolo de acuerdo a sus propias creencias. Las cámaras digitales a pesar de ser cada vez más complejas, no están exentas de errores, de hecho pueden generar más errores que las cámaras análogas, sobre todo en video, pues no tienen la capacidad de manejar objetos veloces por el proceso necesario para “impresionar” la imagen en el sensor, de tal manera que muestran barridos con mayor frecuencia que las cámaras de película, además que los usuario de cámaras digitales, evitando lo complejo de su manejo, optan por tirar siempre en  modo automático, confiando en las características preestablecidas por los fabricante que no siempre son las adecuadas porque no pueden prever en qué condiciones el usuario hará sus fotografías. Si a esto le agregamos las nuevas tecnologías en informática, tendremos una gran variedad de objetos “raros” para el gran público que en un principio fueron el quebradero de cabeza para los ovnílogos cuando estos equipos entraban en escena, pero que al poco tiempo se fueron acostumbrado y acumulando información para detectar qué era verdaderamente raro, qué era producto de un error del equipo y en qué caso se debía a la inexperiencia del testigo para manejar su equipo.

Con todo lo anterior, podemos remarcar como importante que no se puede creer en todo lo que circula en el internet, no podemos dar crédito a una fotografía que se asegura retrata una nave alienígena, mucho menos a una foto que dice retratar a uno de sus tripulantes, las fotos sólo son representaciones de objetos, no son los objetos en sí, y tampoco se puede hacer un análisis forense, entendido como tal, a una imagen que puede estar trucada o que no muestra lo que se dice que es, por el simple hecho de que no se tiene el objeto real que esa imagen representa. Antes dije que una imagen digital puede analizarse y determinar si es real o falsa, pero también debe tomarse en cuenta que el montaje puede ser hecho fuera de la cámara, como tantas fotos que se hicieron en los 50 y 60 utilizando modelos y maquetas o discos lanzados al aire.

Como alguna vez dije “Una imagen dice más que mil palabras, pero esas más de mil palabras pueden ser poco más de dos cuartillas de mentiras”.

A continuación les dejo unos enlaces a YouTube para

VUE 6:

Demo Reel de BLENDER:

Demo Reel de After Effects


Detrás de cámaras:

 Resultados de estos sistemas:





Con todo lo antes expuesto, sólo nos queda andar con pies de plomo ante una evidencia fotográfica o fílmica, sin embargo, la fotográfica aún puede ser motivo de un análisis confiable. Al video es necesario dedicarle mayor tiempo, pero cada vez se hace más difícil dar una conclusión. Sólo nos queda el sentido común y poner mucha atención a los testimonios.

Para terminar, les dejo este video mostrado en una conferencia en México. El que se mostró estaba borroso. Me di a la tarea de localizarlo en la red y no tardé en encontrarlo. Este video se pudo analizar mucho mejor, y llegamos a la conclusión de que es un video realizado enteramente por computadora. Podría haber pasado por bueno de no ser por 3 detalles que el creador dejó a propósito para evitar lo que ya se había dado: Su publicación como si de evidencia real se tratara.


El primero de los detalles que surgió fue que el supuesto ovni, que aparentemente es el motivo de la toma, sale disparado al lado izquierdo y la cámara sigue su curso, la idea era mostrar que ya no estaba ahí pero aparentemente cometió el error de estacionarlo muy cerca del paneo de la cámara y sale en la toma totalmente fijo. Ahí pensamos que lo seguiría tomando, pero no. Baja la toma y ahí es donde todo mundo se queda con la boca abierta. La toma cambia a “visión nocturna” y a lo lejos se ve que algo viene saltando.

Lo borroso de la imagen original no permite ver detalles, salvo una figura similar a un Canguro, que de hecho así se le conoce en la red, un canguro o el famosos chupacabras, se nota que John Merrill, el autor del video, intentó crear un chupacabras con la descripción que se dio a mediados los 90.

El ser ve a la cámara, se balancea y luego gira para dar un salto descomunal, que al verlo en cámara lenta se nota como si se truncara la parábola que debería hacer para terminar el salto; más algunos detalles en las sombras.

En fin, no todo lo que brilla es OVNI, y no todo lo que no brilla deja de ser OVNI. Sólo nos queda estar atentos, abiertos y analíticos, y sobre todo, ser honestos con nosotros mismos y revisar una evidencia hasta el cansancio antes de publicarla. Así contribuiremos a una investigación responsable y a un internet con menos basura entusiasta.

Leopoldo Zambrano Enríquez.
Informe U. F. O.
Monterrey, Nuevo León. México.

Referencias:



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