Introducción
Es innegable que el hombre avanza a pasos agigantados en algunos
campos y en otros apenas podemos esbozar una leve letra del alfabeto. En el
primero de los casos, que es el motivo de este artículo, contamos con el
apabullante avance que hemos tenido en los aparatos electrónicos, los
llamados gadgets. Denominados así por su reducido tamaño que hace fácil
poder llevarlos a cualquier lado.
Pero es uno de estos el que se ha popularizado más entre la población
mundial, tanto que casi podría ser motivo de un estudio sociológico, la cámara
digital. Este simple artefacto que ha evolucionado a lo largo de la historia se
ha convertido en el compañero del hombre desde que se vieron los alcances de la
fotografía en 1826, cuando Joseph Niepce logró la primera imagen del
mundo con una exposición de 8 horas.
Joseph Niépce, su cámara y la primera fotografía. |
Al igual que Niepce, pero en Diciembre de
1975, Steven Sasson inicia la construcción de una cámara con un
nuevo sistema de fotografía, el sistema digital. Este trabajo le fue encargado
por la Compañía Kodak. Cuando la terminó, su tamaño era el de una
tostadora y tenía una calidad equivalente a 0.01 megapixeles. Necesitaba 23
segundos para poder guardar una imagen en blanco y negro en una cinta de casete,
y varios segundos más para recuperarla.
Steve Sasson, su cámara y la primera imagen digital. |
Una vez salvados todos los obstáculos para poder comercializar la
moderna cámara fotográfica, ésta ha acompañado al hombre en todas y cada una de
sus tareas diarias. Se ha emparentado con todas las ramas laborales, así como
de entretenimiento y diversión, además de que ahora cuenta con aditamentos que
la conectan con casi todo tipo de aparato electrónico, tales como teléfonos
móviles, PC´s e impresoras. Son tantos los datos que se interconectan
ya entre sí que podemos decir que estamos en la era de la información, e
indiscutiblemente las imágenes tienen un lugar privilegiado. Vemos como ahora,
más que nunca, la expresión “Una imagen dice más que mil palabras” cobra
un renovado significado.
Una cámara digital puede ser usada tanto por un ama de casa como por
un científico de una agencia espacial, puede ser motivo de un tratado completo
y sin embargo ser manejada por un niño de 8 años. La fotografía está al alcance
de todos como nunca, pues ahora también se le ha dado la cualidad de poder
almacenar imágenes en movimiento, es decir, cuenta con la capacidad de tomar
video. Y no sólo eso, sino que ha sido posible expandir su capacidad de
almacenamiento con esos nuevos aditamentos llamados memorias externas,
posibilitando la ampliación de su capacidad para almacenar un mayor número de
imágenes, muchas más que una de rollo de película. Estos factores, aplicables
tanto a la fotografía como al video, han logrado que su penetración sea total.
Casi puede decirse, hoy por hoy, que una cámara digital forma parte integral
del hombre moderno.
Breve Historia de la era moderna
Dando saltos por la historia podemos tomar en consideración algunos
hitos de la ovnilogía en sus incipientes inicios, aunque ya se
hablaba de la OVNILOGIA MODERNA, ¿Me pregunto cuál sería la clásica?
¿La de Charles Fort?, en fin. Pero en esta época es cuando podemos decir que se
creó una verdadera efervescencia del fenómeno, pues mientras las fuerzas
armadas norteamericanas trataban de deshacer la bola de nieve que habían hecho
rodar en 1947, la población daba informes de cosas extrañas en los cielos.
Las fotografías no se hicieron esperar y se tuvo que crear, bajo la
supervisión de la Fuerza Aérea De Los Estados Unidos, comisiones
para iniciar los estudio de tales avistamientos que, conociendo el sentido de
seguridad nacional de este país, no era difícil pensar que se llevó a cabo para
saber si representaba o no una amenaza para la seguridad nacional.
Así nacieron proyectos y comisiones de investigación desde 1947 para
definir la verdadera naturaleza del fenómeno, hasta que en el año de 1969 se
cerró oficialmente el estudio de estos casos por no representar una amenaza para esa seguridad
nacional.
Grandes fotografías resultaron de ese período, muchas se analizaron y
dieron a la luz informes detallados, pero otras quedaron en el más completo
misterio, al menos eso dicen las historias que han llegado a nuestros días. Los
casos que fueron explicados sufrían rechazo por que las explicaciones sonaban,
para la opinión pública, bastante fuera de lugar. El hecho de decirle a un
testigo que había fotografiado su pino de navidad sin flash era algo insultante
para todos aquellos que esperaba una explicación de algo no convencional que
suponían venía del espacio exterior.
(Análisis de la imagen de Tulsa 1965 - Imagen cortesía de Vicente-Juan
Ballester Olmos).
Aquel fue el estribillo que siguió a cada avistamiento: “Las Fuerzas
Armadas tratan de ocultar la verdad sobre lo que toda la nación está viendo”. Y no
era para menos, pues los reportes llegaban en oleadas y las explicaciones
brillaban por su ausencia o tardaban más que en acumularse las evidencias. Este
sentir se avivó aún más cuando se término la investigación oficial lanzando un
informe que no logró zanjar el asunto de los OVNIs, El Informe Condon,
encargado a la Universidad de Colorado.
Los viejos proyectos se olvidaron, los reflectores ya no estaban sobre
los OVNI, sin embargo por todo el mundo, mientras unos grupos de investigación
OVNI se consolidaban, nuevos surgían en el tablero para iniciar su propia
investigación de forma independientemente buscando sus propias respuestas.
Algunos de esos grupos son MUFON fundada el 31 de Mayo de 1969, NICAP fundada
el 24 de Octubre de 1956, CUFOS fundada en 1973, cuyo director fue, hasta su
muerte, el Dr. Joseph. Allen Hynek, astrónomo de profesión y asesor científico
para las Fuerzas Armadas Norteamericanas en tres
proyectos: SIGN, GRUDGE y LIBRO AZUL; y APRO, fundada en 1952
entre muchos otros más. Así resurge de las cenizas el interés por los OVNIs,
aunque sin tanto estruendo como durante las 3 décadas pasadas que además habían
sido nutridas por el cine y la televisión.
Fotografías + OVNI
La fotografía como evidencia de la existencia OVNI fue siempre puesta
en un lugar preponderante en cada relato que las mostraba, porque el testimonio
de un protagonista podía tener una mala interpretación, una interpretación
subjetiva, sin embargo una fotografía muestra lo que el testigo aseguraba haber
visto. Claro que si el testigo aseguraba que el objeto brincaba, danzaba,
silbaba, no podía ser obtenido de la fotografía, así que el testimonio pasó a
ser el apoyo a la evidencia, y no el centro de atención de una investigación.
Sobre las apreciaciones en las descripciones de testigos de encuentros
OVNI, Philip Klass, fallecido en 2005, escribió una lista de 10
principios Ufológicos en los que en su mayoría mencionaba la mala percepción como
un factor en contra del testimonio, pues el testigo podía exagerar, tener una percepción errónea o falsear lo
sucedido durante un avistamiento OVNI, así como, por la ausencia de recursos,
las investigaciones podían verse carentes de una conclusión convincente y apegada
a la realidad.
Leyendo a Klass y teniendo en mente sus principios, podemos
entonces decir que los OVNIs son todos producto de una mala interpretación por
el desconocimiento del espectador, además si nos apegamos a la definición de lo
que un OVNI es, no tenemos lugar a dudas de que aún existen, pues el
término sólo denota un objeto volador que no pudo ser identificado. La
complicación surge cuando tratamos de explicarlos con una real interpretación
de los hechos que nos son narrados por los testigos, y es aquí donde una
evidencia fotográfica no puede ser por sí misma una evidencia sólida, ya que
nos hace falta el testimonio para poder darnos una idea de lo que en realidad
fue el suceso que nos han transmitido. Sin embargo, evidencia y testimonio, aún
pueden hacernos echar a volar la
imaginación.
Las investigaciones sobre una fotografía en los años en que la
película fotográfica fue la única opción para captar imágenes era más complicada
y costosa, por lo que para los grupos independientes no era factible analizar
cada una de las evidencias que les llegaba, así que se archivaban y se
publicaban posteriormente sin un análisis a conciencia. Para compensar, se iba
al lugar de los hechos y se estudiaba la zona, se tomaban más fotografías del
área y se hacía una entrevista formal al testigo titular del reporte.
Después, con los datos recopilados, se intentaba hacer una reconstrucción para tratar
de descifrar qué era lo que había sucedido o qué pudo haber visto el testigo.
(Fotografía de Mr. A. L. Smiths tomada supuestamente el 3 de Agosto de 1965)
En los años en que La Fuerza Aérea de los Estados
Unidos se encargaba de la investigación, solicitaban al testigo la fotografía
en cuestión, los negativos donde estuviera la imagen a analizar y, además, la
imagen anterior y posterior para poder hacer una reconstrucción de las
condiciones de la toma. En el caso que se describió en párrafos anteriores
(Tulsa 1965), la imagen estaba entre dos fotografías navideñas, con lo que
concluyeron, para empezar, que la fotografía no había sido tomada en agosto
como dijeron los testigos, sino en diciembre, sin embargo eso no aclaraba el
misterio de lo que se mostraba en ella, hasta que Larry Robinson dio
con la respuesta: una lámpara con disco giratorio para iluminar un árbol navideño
de aluminio. Posteriormente Joel Carpenter encontró una fotografía del
artefacto.
Claro que no siempre se pude contar con tanta suerte para encontrar
explicación a una toma fotográfica que en muchas ocasiones resulta irrepetible,
pero con la llegada de la era digital esto ya no es un obstáculo; además los
análisis pueden hacerse tan sólo en 3 fases:
1.- Revisión del contenido de datos de la imagen: Toda imagen digital
contiene en su interior una serie de datos que, si proviene directamente de una
cámara digital, nos darán entre otras cosas, cómo estaba configurada la cámara
a la hora de la toma, con qué cámara fue tomada así como la fecha y hora de la
toma. Si este análisis nos arroja un resultado dudoso, no tiene caso seguir al
paso dos salvo para confirmar detalles.
2.- Revisión informática de la imagen: Esto se logra con programas
especializados en manipulación gráfica, la mayoría de los investigadores
utilizamos el Adobe Photoshop por los filtros que pueden ayudarnos a encontrar
anomalías o por su poderoso motor para aclarar las imágenes sin alterar el contenido
de lo fotografiado. En este paso podemos localizar si la imagen está montada o en realidad es parte de la fotografía. Los patrones de color saltan a la vista con ciertos
filtros, además de que los píxeles se deforman cuando sufren una alteración.
3.- Si en los dos pasos anteriores las pruebas salen negativas a
alteraciones, se procede a la investigación en campo y se levanta un reporte.
Hay que tomar en cuenta que lo que la gente está reportando es un OVNI, así que
no debemos inducir a los testigos en el camino de naves espaciales, pues esto
podría contaminar el relato. Claro que en esta época en que los OVNIs ya son tan
populares como el tigre de las hojuelas de maíz, será difícil encontrar un
testigo que nunca haya escuchado hablar de ellos en el contexto extraterrestre.
Lo importante de la investigación, cuando lleguemos a esta parte, es
poder descartar malas interpretaciones del testigo. No significa que no creamos
en él, sino que debemos hacer nuestras propias indagaciones de la historia,
casi como si se investigara un asunto policiaco, aunque más bien se trataría
de un análisis forense, pues en estos casos los ovnílogos nunca estamos en el
momento que sucede un acontecimiento de esta naturaleza.
La mayoría de los grupos de investigación de Latinoamérica tienen
grandes manuales de cómo llevar a cabo estas investigaciones y qué es lo que
debemos hacer para tomar testimonios, levantar muestras, hacer mediciones de
terreno además de la toma de fotografías en el lugar del avistamiento. Podemos
mencionar dos de los más destacados que se han mantenido vigentes hasta la
fecha, “Manual del Investigador OVNI”, escrito por Lucy Guzmán
y Orlando Pla Riera, publicado por el sitio WWW.OVNI.NET de Puerto Rico, y “Elementos
de Ovnilogía” de Milton W. Hourcade del GEFAI y cofundador del CIOVI en
Uruguay. Dos obras verdaderamente imprescindibles para comprender el trabajo de
la investigación de campo.
Aún en este proceso la investigación está a medias, pues hace falta
analizar los resultados de la investigación de campo. Con todos los elementos
de los tres pasos de investigación de la fotografía, ya sólo queda obtener una
conclusión. Si los tres pasos no dan incoherencias, y aún con los datos de la
investigación de campo no podemos dar con una explicación, entonces la
investigación arroja como resultado que se trata de un OVNI, pero recordemos
que un OVNI es un objeto volador no identificado, así que sólo comprobamos que
no tiene explicación, pero de ninguna forma hemos avalado que se trate de un
objeto del espacio exterior, simple y sencillamente los datos fueron insuficientes.
La llegada del Internet
Hoy hay muchos grupos que aún lo hacen de esa manera, ya que así es la
forma clásica de investigar un caso ovni, y a mi parecer, la mejor. Pero desde
hace dos décadas, los medios televisivos han dado mayor énfasis a la emisión
del material fotográfico y fílmico del asunto, dejando de lado la investigación
que hay detrás de las imágenes, ya sea porque no hay tiempo para la
investigación, porque aún no se ha llegado a una conclusión o porque
simplemente las cuestiones técnicas del asunto no les interesan y sólo desean
causar expectación. La sociedad entonces empezó a transformarse en una sociedad
visual, ávida de fotografías y videos. Con la llegada de la
Internet como la conocemos hoy, en 1993, la red se convirtió en el medio
ideal para hacer llegar información de un punto a otro del planeta de manera
instantánea. Fue cuando empezamos a dejar los libros, revistas y documentales
de lado para empezar a abrir un poco más nuestro panorama con información
amplia y fresca. Los libros y revistas nos hablaban de casos ocurridos hacía ya
tiempo, la red los presentaba casi al momento de haber ocurrido.
La red fue creciendo, los navegadores fueron evolucionando y los
medios de reproducción de imagen y sonido se hicieron cada vez más eficaces y
la información corría a mares. El flujo de datos era cada vez más abrumador
hasta que lo clásico se mezcló con lo apócrifo.
Casi cada día había un nuevo sobresalto en torno al tema OVNI que
ponía a trabajar a todos los ovnílogos del mundo. Algunos casos eran muy
buenos, sobre todo los que se parecían a los casos clásicos de la historia OVNI;
sin embargo había mucho material que tan pronto se veía podíamos afirmar que no
era real. Claro que en ese entonces los avances informáticos para el análisis
no eran tan sofisticados como para ser concluyentes y cada nueva imagen causaba
asombro y acalorados debates.
Poco tiempo después la informática avanzó a pasos agigantados,
teniendo varias actualizaciones importantes en tan sólo un año, los
procesadores dieron 3 enormes saltos, las memorias internas multiplicaron su
capacidad haciendo crecer cada vez más los equipos para manejar grandes
volúmenes de datos, los discos duros aumentaron su tamaño hasta 200 veces,
logrando ser verdadero cúmulos de información.
Esto permitió que en los nuevos equipos no sólo se pudiera almacenar,
sino también crear. Ante esta posibilidad surgen las ediciones de videos de
usuarios con software semiprofesional que empezaron a hacer creaciones propias
de origen casero, tanto de sus eventos familiares o profesionales como de cosas
que captaban fortuitamente en los cielos del planeta. Todo mundo tenía alguna
toma extraña en casa. El detonante para hacerlo público fueron los sitios de la
red en que los usuarios podían “subir” sus videos para compartirlos con los
demás. Con un video vino otro, luego dos, después cuatro hasta que hoy en día
es imposible mantener un contador o un censo certero.
Para la investigación OVNI esto fue fabuloso, pues se podía contar con
muchos casos sin salir de casa, pero desgraciadamente sólo se podían tener como
referencias. Al estar en un punto muy lejano al lugar de los hechos, sólo se
podía contar con el informe realizado confiando en el grupo que lo había
investigado, pero algunos informes sólo relataban lo que el testigo dijo y no eran
en realidad un informe de investigación, eran en su mayoría simples notas informativas
del suceso. Sin embargo, aunque se carecía de un reporte formal, eran la nota
del día. Mientras unos guardaban ciertas reservas para su divulgación, otros sólo
los tomaba y publicaban en otras páginas, muchos más los tomaban para
publicarlos en sus libros o artículos de revistas que hablaban del tema.
El Internet se fue convirtiendo de un escaparate al mundo en una
fuente de información de la que se podía sacar lo que se necesitara. La
investigación en la red fue desapareciendo y se fue dando paso a la
comercialización del medio, mientras la popularidad de su uso subía como la
espuma.
Ahora, ya el caldo de cultivo estaba en su punto. Los medios
informáticos eran poderosos, los ordenadores con grandes capacidades de
procesamiento y almacenamiento eran accesibles, lo único que faltaba era la
velocidad de la red, un gran obstáculo para “subir” grandes archivos, cosa que
resentían quienes deseaban “colgar” videos de mayor duración y calidad, hasta
que llegó la banda ancha.
Grandes volúmenes de información en menos tiempo fueron volcados en la
red, muchos servidores tuvieron que ser actualizado y los sitios que los
mostraban debieron ser transformados.
Ahora sí, la red estaba lista y llena de información. Estas
adecuaciones sirvieron a todas las áreas que tenían acceso a la red, tanto la
industria como la publicidad se beneficiaban de ella, y todo el que tuviera un
programa editor de imágenes y video también.
Los investigadores pronto empezamos a tener una nueva modalidad en la
recepción de evidencias, el video se había convertido en medio ideal para
mostrar al mundo fenómenos de todo tipo, fenómeno celestes, fenómenos ópticos,
autopsias de extraterrestres, OVNIs en la Patagonia, extraterrestre en
Indonesia y hasta una nave estrellada en Rusia, pero ¿Qué tan ciertas eran esas
“evidencias”?
Un censo al instante en el internet.
Haciendo una pequeña encuesta en el buscador de videos de moda (YouTube) se
pudieron obtener estos datos para los siguientes términos al momento de
escribir este artículo (8/Agosto/2008):
OVNI =
|
12,100 Resultados
|
OVNIS =
|
3,550 Resultados
|
UFO =
|
118,000 Resultados
|
UFOS =
|
14,000
Resultados
|
ALIEN =
|
118,000 Resultados
|
ALIENS =
|
63,500
Resultados
|
EXTRATERRESTRE =
|
6,560 Resultados
|
EXTRATERRESTRES =
|
6,600 Resultados
|
Hoy (12/Mayo/2015), al publicar este informe en este blog, tenemos los
siguientes resultados:
OVNI =
|
1,480,000 Resultados
|
OVNIS =
|
793,000
Resultados
|
UFO =
|
6,530,000 Resultados
|
UFOS =
|
1,040,000 Resultados
|
ALIEN =
|
8,500,000 Resultados
|
ALIENS =
|
3,640,000 Resultados
|
EXTRATERRESTRE =
|
543,000 Resultados
|
EXTRATERRESTRES =
|
510,000 Resultados
|
Cifras significativas en las que podemos ver el explosivo avance en
contenido, además de que el inglés es el idioma dominante en estos resultados.
Pero también es un indicador para suponer que de Estados Unidos viene el mayor
contenido de grabaciones relacionadas con la ovnilogía, además de ser el
país con mayor desarrollo informático. Como es de esperarse, ese desarrollo
informático se utiliza entre otras cosa para la industria del entretenimiento.
El cine se ha beneficiado mucho con sistemas informáticos que dan vida a
personajes con movimientos casi reales, animaciones diseñadas por entero en un
ordenador.
Son cada vez más numerosos los programas que se utilizan para realizar
estos efectos de movimiento, y no sólo eso, sino también sistemas creadores de
entornos completos, recreando mundos imaginarios imposibles de recrear en un
set, que hacen que las compañías productoras utilicen cada vez menos tiempo de
estudio.
Estos sistemas informáticos ya son tan sencillos de utilizar, que un
estudiante promedio de secundaria ya empieza a hacer videos para la clase de
artísticas. Utilizan el Adobe Photoshop CS3 o superior, el Adobe After FX, el
Bryce 5 o posteriores, además del Extreme 3D. Pero el que ha causado sensación
en los últimos meses es el VUE 6, programa capaz de crear un entorno
tridimensional complejo, con terrenos y bosques completos además de la
introducción de un modelo 3D al que se le puede aplicar textura y movimiento
programados. También cuenta con una simulación de cámara con la que podemos dar
el barrido a la escena para crear los paneos necesarios y los cuadros
de las tomas para el resultado final, que es un video completo de animación con
muchas más posibilidades de las que pensamos que un programa de computadora era
capaz de hacer. Hoy día esto sería equivalente al uso de un drone para
filmaciones aéreas en lugar de utilizar un helicóptero o un aeroplano.
No cabe duda que la imagen fija ya ha quedado obsoleta con la
penetración que el video ha tenido, y para muestra podemos visitar algunos
canales dentro del mismo sitio de YouTube para ver lo que ha sido capaz de
hacer un equipo informático.
El más famoso y talvez el que le dio
entrada al conocimiento general de que esto se podía hacer fue el video un
grupo de naves surcando los cielos de Haití, o al menos eso decía la
información adosada al video. Poco tiempo después, doy con la información de
este video que había sido realizado por un artista informático llamado David
Nicolas, conocido como NUMERO 6, y cuyo trabajo era parte su portafolios que
cómo artista tenía dentro de la empresa de diseño PARTIZAN LAB. Para muchos era
parte de una campaña publicitaria de un videojuego, pero no fue así. Sin
embargo el uso de estas técnicas de animación para videos de publicidad viral,
como se les empezó a llamar a aquel material comercial de dudosa veracidad, circulaba masivamente por la internet sin mediación de sus
creadores, eran los propios usuarios finales, lo internautas, quienes se
encargaban de distribuirlos, esolos hizo tremendamente populares, tan populares como
las películas del subgénero cinematográfico de metraje encontrado, al estilo de
“Holocausto Canibal (1980) que más tarde capitalizaría “The Blair Witch
Project” (1999), un estilo muy cercano al Mokumental pero que en apariencia era
un hecho de la vida real.
La Wikipedia, al respecto de la publicidad
viral menciona: “El marketing viral o la publicidad
viral son términos empleados para referirse a las técnicas de
marketing que intentan explotar redes sociales preexistentes para producir
incrementos exponenciales en "conocimiento de marca" (Brand Awareness),
mediante procesos de autorreplicación viral análogos a la expansión de un virus
informático. Se suele basar en el boca a boca mediante medios electrónicos; usa
el efecto de "red social" creado por Internet y los modernos
servicios de telefonía móvil para llegar a una gran cantidad de personas
rápidamente”.
Por desfortuna para los ovnílogos, hoy una
fotografía o un video no constituyen la prueba definitiva para asegurar que
somos visitados por seres de otros planetas, ni para concretar un testimonio
sobre la aparición de un artilugio de origen desconocido al que automáticamente
se asocia sin fundamento alguno con una nave del espacio exterior.
Estos materiales han pasado de ser
evidencias a sólo indicios que son el inicio para una investigación que
hoy debe ser más concienzuda para evitar caer en el engaño. Una fotografía,
fotograma o diapositiva, por muy honorable que sea su dueño o autor, no
constituye ya en modo alguno una evidencia irrefutable ni contundente. Ya lo
mencionábamos en un artículo anterior donde el jalón de orejas no venía del
sector ovnilógico serio, ni del científico, sino del terreno del arte, de la
mano de René Maggrite.
¿Por qué no son contundentes? Porque como
decía Magritte en su obra “Cesi N’est Pas Une Pipe” (esta no es una pipa) al
calce de un dibujo de una pipa, el objeto representado por una pintura, o en
nuestro caso una fotografía, no es el objeto material, sino una representación
del objeto que, en el mundo real, no sabemos si exista porque puede ser
producto de la imaginación del autor, aunque sea similar a un objeto conocido y
cotidiano. El objeto en la pintura (o foto) no puede ser utilizado como el objeto real.
De la misma forma, en el terreno de la ovnilogía, una fotografía o video puede representar un OVNI, pero partiendo del hecho de que OVNI es sólo un objeto volador no identificado, no se tiene la descripción precisa de lo que este objeto o término abstracto es, sus representaciones sólo constituyen una extensión de lo que el autor o emisor de la supuesta evidencia cree o pretende hacer creer. Es así como tenemos para un término abierto, es decir, sin una descripción precisa, una forma y características básicas que cada autor transforma según la visión que tenga de tal objeto, pero que parece concordar con la de otros testigos, contaminados todos, por el mismo producto del inconsciente colectivo creado por la cultura y el folclor propios de cada región.
En este sentido, uno de los últimos
peldaños de la ovnilogía, al que se ha llegado por atajos culturales bien
definidos, tiene su símil en otras culturas pero con nombres distinto. “Las
Abducciones” en Estados Unidos y “El Muerto” en México comparten los mismos
síntomas, pero cada cultura lo adjudica a distintas circunstancias. Ambos
fenómenos, científicamente hablando son el mismo padecimiento, parálisis del
sueño, pero en Estados Unidos se adjudica a los extraterrestres que ejercen una
acción inmovilizadora y en México se le adjudica a un espíritu que ejerce
presión paralizadora sobre el pecho que casi corta la respiración. En el caso
norteamericano se dice “lo abdujeron”, en México se cuenta que “se le subió el
muerto”.
De la misma forma, cada persona interpreta
de manera diferente lo que aparece en una de sus fotografías, la mayoría
captado de manera inadvertida, pero para ellos es motivo de asombro porque al
tomar la imagen no vieron nada frente a ellos, sin embargo evaden olímpicamente
muchas posibilidades, como por ejemplo un ave en vuelo rápido, una basurilla llevada por el viento o hasta un insecto que pasó en el momento justo de tomar
la instantánea, explicándolo de acuerdo a sus propias creencias. Las cámaras
digitales a pesar de ser cada vez más complejas, no están exentas de errores,
de hecho pueden generar más errores que las cámaras análogas, sobre todo en
video, pues no tienen la capacidad de manejar objetos veloces por el proceso
necesario para “impresionar” la imagen en el sensor, de tal manera que muestran
barridos con mayor frecuencia que las cámaras de película, además que los
usuario de cámaras digitales, evitando lo complejo de su manejo, optan por
tirar siempre en modo automático, confiando en las características preestablecidas
por los fabricante que no siempre son las adecuadas porque no pueden prever en
qué condiciones el usuario hará sus fotografías. Si a esto le agregamos las
nuevas tecnologías en informática, tendremos una gran variedad de objetos
“raros” para el gran público que en un principio fueron el quebradero de cabeza
para los ovnílogos cuando estos equipos entraban en escena, pero que al poco
tiempo se fueron acostumbrado y acumulando información para detectar qué era
verdaderamente raro, qué era producto de un error del equipo y en qué caso se
debía a la inexperiencia del testigo para manejar su equipo.
Con todo lo anterior, podemos remarcar
como importante que no se puede creer en todo lo que circula en el internet, no
podemos dar crédito a una fotografía que se asegura retrata una nave
alienígena, mucho menos a una foto que dice retratar a uno de sus tripulantes,
las fotos sólo son representaciones de objetos, no son los objetos en sí, y
tampoco se puede hacer un análisis forense, entendido como tal, a una imagen
que puede estar trucada o que no muestra lo que se dice que es, por el simple
hecho de que no se tiene el objeto real que esa imagen representa. Antes dije que una imagen digital puede analizarse y determinar si es real o falsa, pero también debe tomarse en cuenta que el montaje puede ser hecho fuera de la cámara, como tantas fotos que se hicieron en los 50 y 60 utilizando modelos y maquetas o discos lanzados al aire.
Como alguna vez dije “Una imagen dice más
que mil palabras, pero esas más de mil palabras pueden ser poco más de dos cuartillas
de mentiras”.
A continuación les dejo unos enlaces
a YouTube para
VUE 6:
Demo Reel de BLENDER:
Demo Reel de After Effects
Detrás de cámaras:
Resultados de estos sistemas:
Con todo lo antes expuesto, sólo nos queda
andar con pies de plomo ante una evidencia fotográfica o fílmica, sin embargo,
la fotográfica aún puede ser motivo de un análisis confiable. Al video es
necesario dedicarle mayor tiempo, pero cada vez se hace más difícil dar una conclusión. Sólo nos queda el sentido común y poner mucha atención a los testimonios.
Para terminar, les dejo este video
mostrado en una conferencia en México. El que se mostró estaba borroso. Me di a
la tarea de localizarlo en la red y no tardé en encontrarlo. Este video se pudo
analizar mucho mejor, y llegamos a la conclusión de que es un video realizado
enteramente por computadora. Podría haber pasado por bueno de no ser por 3
detalles que el creador dejó a propósito para evitar lo que ya se había dado:
Su publicación como si de evidencia real se tratara.
El primero de los detalles que surgió fue
que el supuesto ovni, que aparentemente es el motivo de la toma, sale disparado
al lado izquierdo y la cámara sigue su curso, la idea era mostrar que ya no
estaba ahí pero aparentemente cometió el error de estacionarlo muy cerca del
paneo de la cámara y sale en la toma totalmente fijo. Ahí pensamos que lo
seguiría tomando, pero no. Baja la toma y ahí es donde todo mundo se queda con
la boca abierta. La toma cambia a “visión nocturna” y a lo lejos se ve que algo
viene saltando.
Lo borroso de la imagen original no
permite ver detalles, salvo una figura similar a un Canguro, que de hecho así
se le conoce en la red, un canguro o el famosos chupacabras, se nota que John
Merrill, el autor del video, intentó crear un chupacabras con la descripción
que se dio a mediados los 90.
El ser ve a la cámara, se balancea y luego
gira para dar un salto descomunal, que al verlo en cámara lenta se nota como si
se truncara la parábola que debería hacer para terminar el salto; más algunos detalles en las sombras.
En fin, no todo lo que brilla es OVNI, y
no todo lo que no brilla deja de ser OVNI. Sólo nos queda estar atentos,
abiertos y analíticos, y sobre todo, ser honestos con nosotros mismos y revisar
una evidencia hasta el cansancio antes de publicarla. Así contribuiremos a una
investigación responsable y a un internet con menos basura entusiasta.
Leopoldo Zambrano Enríquez.
Informe U. F. O.
Monterrey, Nuevo León. México.
Referencias:
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