Hace algunos días, en el blog amigo U.A.P.S.G. - G.E.F.A.I., ventana al mundo del multidisciplinario Grupo de Estudios de Fenómenos Aéreos Inusuales al que orgullosamente pertenezco desde hace ya varios no pocos años, se publicó una disertación del investigador español Vicente-Juan Ballester Olmos que pueden leer aquí.
Eso movió mi pluma dando mi punto de vista, además de que el editor del blog, mi buen amigo Milton W. Hourcade, nos instaba a los miembros a eso en su correo de invitación a la lectura. Si hay algo que me apasiona es la historia del fenómeno OVNI y sus consecuencias en la población, esto sin ser un profesional de la sociología o la antropología, sin embargo, me llama mucho exponer mis impresiones o meditaciones, como las llamo, cosa que dio origen al nombre de este blog que, para más detalles, coincidió con el nombre de un episodio de la vieja serie The X Files que hizo mis delicias durante mi joven adultez. El tiempo que he estado alejado del blog me ha servido para imbuirme más en el tema a pesar de que ahora cuento con menos tiempo para dedicárselo a los entretelones del este fenómeno social que cada día se vuelve más "chustero", escalando a niveles insospechados y poniendo en evidencia que la ignorancia, el entusiasmo y las ganas de verle la cara a los demás no sólo se ven a nivel de calle, en programas sensacionalistas de domingo, en la mala prensa o entre los dizque investigadores que divulgan a lo que los medios "oficiales" no le dan cabida.
Sin más preámbulos, estas son mis meditaciones sobre el artículo de Ballester, que es buenísimo, por cierto:
Como bien dice Ballester, los medios tienen mucho de culpa en ese aspecto, pues nunca han dejado de lado la vieja relación Platillo Volador- OVNI tal como ahora aún prevalece la relación OVNI-UAP, como una especie de transición en la que, mientras nos acostumbramos, el común de entusiastas transfiere toda la carga cultural al nuevo término, como si vaciarían el cajón de un archivero y lo pasaran a uno nuevo sin antes deshacerse de la información obsoleta.
La sal y pimienta de las Redes Sociales.
Concuerdo completamente con Ballester en lo referente a que estamos nuevamente tropezando con la misma piedra como se dice en México, un “déjà vu”, repitiendo exactamente lo mismo por lo que pasamos entre 1947 y 1969. El nuevo 1947 fue 2004, el nuevo 1969 podría ser 2026. Claro que entre 2004 y 2026 llegó tarde la oficina de investigación émula del “Blue Book”, Proyecto al que, al parecer, nadie ha recurrido para aprender de él, a pesar de haberse recomendado en la Audiencia de mayo de 2022 para no empezar desde cero.
Mucho ruido y pocas nueces.
En mí país se dice que “cae más pronto un hablador que un cojo” y en esa misma audiencia fuimos testigos de la ineptitud con la que están tomando el asunto, además de haber cierta predisposición a seguir asociando el tema con el lado sensacionalista a pesar de haberse dicho que es necesario educar a los medios para que no se malinforme al público y, en el peor de los colmos, un congresista introduce documentos de dudosa procedencia en la minuta de la Audiencia. Definitivamente, el Proyecto Libro Azul se tomó las cosas más en serio.
Lo bueno, lo malo y lo peor de la Audiencia del Congreso Norteamericano.
Empieza la rapiña.
Ante ese panorama es muy difícil establecer una norma para todos y homologar pensamientos para abordar el tema de manera objetiva. Sin ir más lejos, aún no se aplicaba el presupuesto aprobado para la oficina y ya estaban reportándose problemas en el flujo de información entre agencias y departamentos de las propias fuerzas armadas, lo mismo que sucedió en los inicios del Proyecto Libro Azul del Capitán Edward J. Ruppelt con la Agencia Central de Inteligencia.
A nivel de calle, los entusiastas también contribuyen a desprestigiar el tema, creando el tan cacareado estigma al que está sujeto y que fue la palabra recurrente en la Audiencia del Congreso. Pero hasta en eso hay una contradicción, pues se habla del estigma de creer loco a cualquiera que reporta un OVNI, creando un agujero para la Seguridad Nacional, una idea muy manoseada desde el origen del tema, pero estamos de reportes oficiales hasta el gorro, o al menos eso nos hicieron creer cientos de ex militares o ex de cualquier parte del gobierno durante el período dorado de los charlatanes en la década de los 90; alentando entre el gran público la idea de que el gobierno lo sabía, pero nos lo ocultaba. Un juego que terminó por poner en tela de duda el actuar de los organismos oficiales y que propició que los entusiastas poco a poco fueran contagiando a gente cada vez más cerca de los centros de poder hasta llegar a esta parodia moderna del Proyecto Libro Azul. Desde la publicación del Informe Condon de la Universidad de Colorado, los entusiastas han estado contra aquellos que ostenten autoridad, recibiendo con suspicacia cualquier declaración en torno al tema que venga del estamento gubernamental si esta no dice lo que desean escuchar.
Otro de los grandes problemas que aquejan a la ufología son las preconcepciones, los juicios a priori y las presunciones. Un punto en el cielo no da suficiente información como para saber cuál es su naturaleza, mucho menos se tendrán elementos de juicio para presuponer que se trata de un artilugio inteligente, tripulado o no, de una civilización de fuera de nuestro planeta, pero algunos creen saber de dónde vienen, para qué vienen y con qué intenciones. Incluso llenaron el espacio con diversas razas, hasta 184 mencionaba un fallecido contactado regiomontano al que entrevisté en tres ocasiones. El tema del contactismo, desde sus orígenes, robó mucho del esoterismo mediúmnico de finales del siglo XIX convirtiéndose con el correr de los años en un movimiento religioso, creando un sincretismo con el movimiento New Age, consecuencia de los movimientos contraculturales de finales de los 60 y que coincidió con el cierre del Proyecto Libro Azul.
Los OVNIs son reales, pero no asumas que son naves extraterrestres.
Una historia de contacto.
Esto, al menos en parte, es culpa de los medios, porque la otra parte, mayor, por cierto, les corresponde a los divulgadores que, escudándose en el periodismo, crean espacios con una visión empresarial bajo el pretexto de informar sobre los asuntos a los que los medios tradicionales no le dan cabida. Cuando se les cuestiona, esgrimen la libertad de información y, blandiendo su licencia de periodista, pretenden desligarse de las mentiras que divulgan alegando que sólo reportan lo que un tercero dijo, pues si lo dice un tercer y tiene interés periodístico, es noticia.
Tengo un gran rosario de esas noticias de interés periodístico que en realidad es burdo sensacionalismo sin ninguna investigación de fondo. Para ejemplo, estos botones:
La gran película ufológica.
Aliens convierten en piedra a soldados rusos.
En estos casi 76 años, no existe un solo caso incontrovertible que nos dé la certeza de la existencia de visitas del espacio exterior de seres inteligentes a nuestro planeta. Eso sí, existen casos intrigantes, sin solución, pero no porque sean extraterrestres, sino porque se carece de datos, son mal investigados o tienen características que rebasan las aptitudes de quienes los investigan, en resumen, representan un culto a la ignorancia, en eso se ha convertido el tema, en un culto a la ignorancia en el que si yo no sé qué es, entonces es de otro mundo y esa ignorancia es generalizada de tal modo que si alguien resuelve el caso, le cae una horda de neandertales que lo acusan de ser un pagado por agencias oficiales para negar el fenómeno. Dentro de esos misterios que eludían soluciones se encontraban, como dice Ballester, los rayos globulares, su factibilidad desde la óptica física tal vez haya contribuido a tomarse el tema en serio, pero no es el único caso de este tipo, también tenemos los fenómenos luminosos transitorios de la alta atmósfera que hacían pensar en medusas gigantescas habitando los cielos, hasta que en 1989 se logró fotografiarlos. Por lo menos seis anomalías similares de fenómenos luminosos fueron catalogadas desde entonces. Las luces de Hessdalen en Noruega y las de Marfa en Texas, Estados Unidos, son otro ejemplo. Ballester Olmos y Manuel Borras no dejaron duda alguna de lo que sucedía en Marfa y no dudo que en Hessdalen suceda algo similar, hasta los científicos a veces tienen sesgos y eso hace que el misterio continúe en Noruega. En México sucedió algo similar, también era una carretera oculta por la vegetación que desde el otro lado de una barranca hacía parecer que las luces de los coches tomando curvas eran algo extraño.
Hoy, lo que se publica en los medios relacionado con el tema, en su mayoría, si no es que todo, es basura, casos de nivel primaria de ufología, reflejos de lámparas, artefactos creados por cámaras de vigilancia o engaños deliberados de canales dedicados a crearlos para obtener vistas, muy de moda ahora con la red social TikTok, donde la mayoría son payasos buscando atención divulgando tonterías que rayan en la idiotez. Ya lo decía Umberto Eco en su crítica a las redes sociales.
"La invasión de los necios": la opinión que tenía Umberto Eco de Internet y las redes sociales
A todo esto, se agrega el uso de la inteligencia artificial aplicada a los programas de edición fotográfica o de video para, según sus promotores, mejorar la “evidencia”, pero están violando un principio muy básico de la investigación OVNI al alterarla, además que la inteligencia artificial termina por dar como resultado lo que quien la usa busca, lo vemos en la creación de escenarios ficticios a partir de palabras clave. A eso le llaman tecnología de punta, yo lo llamo engañar al público con un gran cinismo y descaro a ojos vista.
Ante este panorama, que no ha cambiado gran cosa en relación al tiempo anterior a las Audiencias del Congreso estadounidense, ¿alguien tendrá la inocente idea de que el tema pueda tomarse con seriedad y, más aún, tratar de convencer al gran público de que adoran un mito moderno que no tiene ningún sustento? No, aunque no dudo que aún existan románticos que tengan la noble idea de cambiar al mundo. Yo era de esa idea cuando empecé, pero en ese entonces estaba del lado contrario, era crédulo e insistente, pero insistí tanto que el día en que puse a prueba mi convicción estudiando a fondo los casos para convencerme de la realidad OVNI, todo cambió.
A 70 años de los platos voladores: Ciencia, mito y ficción
El tema OVNI no dejará de ser sólo un hobby para los interesados, un medio de obtener ganancias para los charlatanes, un medio de distracción para la gran masa aficionada y una forma bastante interesante de desviar recursos del Estado con el pretexto de investigar potenciales amenazas enemigas usando el poder mediático para ejercer presión, y hasta esa iniciativa del gobierno norteamericano ya empieza a hacer agua por lo que se ve en las últimas publicaciones sobre la AARO, donde su director se ha asociado a Abi Loeb para escribir un borrador que ahora está en revisión, insistiendo en que hay naves nodriza que riegan sondas por el espacio.
RESTRICCIONES FÍSICAS EN FENÓMENOS AÉREOS NO IDENTIFICADOS
Con el despliegue de ignorancia, credulidad y falta de interés en saber lo que hizo el proyecto previo que vi en las audiencias, y el oportunismo de Loeb, yo no daría ni quinto por la AARO. Parece que no les importa volver a perder 20 millones de dólares en un proyecto como el actual.
Recalco. Con todo esto, ¿Quién con más de dos dedos de frente tomaría en serio a los “Platillos Voladores”?
Informe U. F. O.
Monterrey, Nuevo León.
12 de marzo de 2023
P. D. Perdón a los amigos de habla inglesa, leo el inglés en un 70%, pero ni idea de escribirlo y menos hablarlo.