miércoles, 22 de febrero de 2017

Nuevo sistema planetario en nuestro “vecindario”

Sí, como lo ha leído, es el anuncio que hace unas horas ha dado la NASA en su conferencia de prensa llevada a cabo a las 13 horas. Aunque los exoplanetas descubiertos son nuevos, las notas de este tipo ya no resultan tan novedosas, y gracias a esos he aprendido a no tomarlos tan festivamente. Que se siga escudriñando el espacio para buscar planetas similares al nuestro, es bueno e interesante, pues como ya sabemos, hasta la fecha somos la única especie, que sepamos, que habita el universo, y como tal, podríamos ser una especie en peligro de extinción. Necesitamos buscar otras partes del cosmos dónde plantar nuestra semilla antes de que un cometa, asteroide, desastre natural o nuestra estupidez acaben con el único hogar que tenemos.

Esta carta muestra, en la fila superior, concepciones artísticas de los 7 planetas de TRAPPIST-1 con sus períodos orbitales, distancias de su estrella, radio y masa comparadas con las de la Tierra. En la fila inferior se muestran datos de Mercurio, Venus, Tierra y Marte (NASA/JPL-Caltech)

También debemos tener claro que la NASA no busca hombrecillos verdes, la NASA busca saber si más allá de los dominios de nuestro Sistema Solar existe la posibilidad de un nuevo hogar y si en esa búsqueda encontramos formas de vida, ¡qué bueno!, será ganancia, pero ese no es el motivo principal de esta búsqueda tan afanosa, el motivo es ver si fuera de nuestro vecindario podrían darse las condiciones necesarias para la vida y, eventualmente, alcanzar las estrellas pues, como rezaba la entrada de la vieja serie de ciencia ficción, STAR TREK, el espacio es la frontera final.

El telescopio Spitzer de la NASA antes de que fuera
lanzado al espacioel 25 de agosto de 2003
Sin embargo, la nota debe ser tomada con cierta precaución, ya que hay muchos supuestos que deben ser confirmados todavía. ¿Están estos planetas en la franja habitable?, sí, pero no significa que alberguen vida, ¿tienen agua?, es posible por su ubicación en ese sistema, ¿es rocoso?, parece ser que sí. Pero hay algunas otras cosas a considerar. Por un lado, las notas periodísticas, nos dicen que “resulta ser, hasta la fecha, el terreno más prometedor para analizar si hay vida más allá del Sistema Solar”, es decir, no tienen la certeza de nada todavía con respecto a su posible habitabilidad, pero son 7 cuerpos parecidos a la Tierra que orbitan una pequeña estrella ultrafría, no son cuerpos gaseosos; de esos 7, 3 parecen reunir las condiciones idóneas para albergar vida y mantener el agua en estado líquido, repito, esto no significa que haya vida, pero hasta la fecha es el punto de estudio que reúne la mayoría de las condiciones necesarias hasta la fecha. Estos cuerpos fueron confirmados por un telescopio espacial infrarrojo, el telescopio espacial Spitzer de la NASA, debido a que la estrella de ese Sistema brilla más intensamente en el espectro de la luz infrarroja. Este telescopio fue el responsable de una de las más grandiosas imágenes de la Nebulosa Helix en 2007.

Esta imagen infrarroja del telescopio espacial Spitzer de la NASA muestra la nebulosa Helix, una estrella cósmica a menudo fotografiada por astrónomos aficionados por sus colores vivos y semejanza a un ojo gigante. La nebulosa, situada a unos 700 años luz de distancia en la constelación de Acuario, pertenece a una clase de objetos llamados nebulosas planetarias.
Por otro lado, tenemos algunas cosas más qué tomar en cuenta:

1.- El más lejano de estos planetas, se encuentra a 6.5 veces más cercano a su estrella que Mercurio de nuestro Sol.


2.- El periodo orbital del planeta más lejano a su Sol es de aproximadamente 20 días, mientras que el período orbital de la Tierra es de 365.26, esto quiere decir que la estrella en torno a la cual giran es muy pequeña o los planetas giran en torno a ella a una velocidad endemoniada, y en el último caso, podrían ser ambas cosas. Esto me hace pensar en cómo afectan estas condiciones a sus atmósferas, si es que pueden retenerla, y qué efectos distintos tendría la gravedad, además de intrigarme el tamaño de esa estrella. Averiguando datos sobre esto, resulta que esa estrella tiene un diámetro del 11% del de nuestro sol, es decir que, si nuestro sol tiene un diámetro de 1,392,000 Km, la estrella 2MASS J23062928-0502285, conocida ahora como Trappist-1, tiene un diámetro de 153,120 Km, apenas un 7% mayor que el diámetro de Júpiter. El nombre de este sistema le fue dado por el pequeño telescopio TRAPPIST (The Transiting Planets and Planetesimals Small Telescope - Telescopio Pequeño para Planetas en Tránsito y Planetesimales) ubicado en las montañas chilenas, en el Observatorio astronómico de La Silla de la ESO (Observatorio Europeo Austral), que comenzó a operar en el año 2010. Su nombre es un homenaje a la Orden de la Trapa de la región belga. El hallazgo fue anunciado en mayo de 2016 en el sitio de la NASA.

Esta imagen muestra al Sol y a la estrella enana ultrafría TRAPPIST-1 a escala. La débil estrella tiene solo
el 11 % del diámetro del Sol y su color es mucho más rojo.

Este nuevo telescopio robótico vio la primera luz en el Observatorio La Silla de ESO, en Chile, en junio de 2010. TRAPPIST se dedica al estudio de los sistemas planetarios a través de dos enfoques: La detección y caracterización de planetas situados fuera del Sistema Solar (exoplanetas) y el estudio de cometas que orbitan alrededor del Sol. El telescopio nacional de 60 cm se opera desde una sala de control en Lieja, Bélgica, a 12 000 km de distancia.
3.- Si colocáramos ese nuevo sistema sobre el nuestro, cabría en el espacio que hay entre el Sol y Mercurio, quedando el más cercano al Sol a 300,000 Km de él y el más lejano a 8.38 millones de kilómetros de él y a 49.7 millones por dentro de Mercurio. Interesante ¿No?

4.- Aún no hay información sobre el período de rotación de cada planeta, si es que lo tienen.

5.- Las imágenes que hemos visto son representaciones artísticas, no fotografías y, por último, el detalle más importante de todos,

6.- Ese nuevo sistema llamado Trappist-1 se localiza a 40 años luz de nosotros; aquí es donde el cliente se enfría y empezamos a bajar nuestro júbilo.

A ver, ¿Cómo lo digo sin ser grosero?

Supongamos que deseamos explorar este sistema a “ojo directo”, y para ello necesitamos enviar una sonda de exploración. ¿Qué datos tenemos hasta ahora en este sentido?

La sonda New Horizons, fue el objeto más veloz propulsado por tecnología humana que ha surcado el espacio. Es la sonda gracias a la cual pudimos ver por primera vez el verdadero rostro del planeta enano Plutón. Su velocidad media fue de 15 Km/s, lo que equivale a 54,000 Km/h. Suponiendo que lancemos una sonda de iguales características y, bajo condiciones ideales, logre llegar franqueando esos 40 años luz, tendríamos que tardaría en llegar 800 mil años. ¿Cuánto tardaría en llegar su primer informe? Eso no es complicado, tardaríamos 40 años en recibirlo y otros 40 en darle nuevas instrucciones más lo que se tarde en analizar los primeros datos.

Ahora, suponiendo que queramos lanzar una cápsula espacial con 3 tripulantes y, nuevamente, en condiciones ideales para que sobrevivan al viaje y logren llegar, no podríamos utilizar la misma velocidad, pero veámonos generosos y utilicemos la velocidad de escape de un transbordador espacial, que es de 7.5 km/s, o lo que es lo mismo 27,000 km/h, bajo la suposición de que pudiéramos mantener esa velocidad sin problemas de abastecimiento de combustible. Claro que para franquear esa distancia estaríamos hablando de una nave generacional, no una cápsula como la que usamos para ir a la Luna, pero dejemos de lado esa consideración.

En ese caso, nuestra cápsula tardaría, puesto que sólo variaría la velocidad, el doble de tiempo que nuestra sonda espacial, es decir, 1.6 millones de años.

Conclusión

Interesante, aunque este nuevo hallazgo resulta intrascendente para fines prácticos, pero es un buen ensayo para comprobar las posibilidades de vida en el universo. También nos sirve para saber que en nuestro vecindario más cercano estamos más solos que un hongo si tenemos que mirar más allá de nuestras posibilidades de traslado espacial. 40 años luz, como ya hemos visto, es una distancia inalcanzable hoy para la más avanzada tecnología de que disponemos, al menos hasta que se logré descubrir qué es la energía y la materia oscura, que la entendamos y podamos manejarla para así llevar a la práctica el Impuso Warp demostrado por el Dr. Miguel Alcubierre con su famosa ecuación. Por ahora sólo podemos sentarnos a mirar el cosmos desde nuestra ya familiar playa, a orillas del océano cósmico.

Estaremos al pendiente del siguiente anuncio optimista de la NASA.

Para saber más sobre la velocidad de la luz y los viajes interestelares, sugiero ver la exposición del Dr. Alcubierre:



Leopoldo Zambrano Enríquez
Informe U. F. O.
Monterrey Nuevo León. México.

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